México va tarde en el impulso a los grupos de consumo responsable y a los productores de alimentos agroecológicos, consideran especialistas
Jalisco, México. – En tiempos en que los modelos económicos y de consumo establecidos a mitad del siglo XX se empiezan a desquebrajar, ya vamos tarde comparados con otros países para impulsar con más fuerza los grupos de consumo responsable y a los productores de alimentos agroecológicos (orgánicos), con el fin de influir en el modelo alimentario responsable con el medio ambiente.
Sin embargo, académicos e investigadores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) desde hace varios años iniciaron en una cochera dos proyectos que hoy deben ser modelos a seguir: uno es El Jilote, que comenzó hace 15 años impulsado por el académico Jaime Morales, y otro La Milpa, que cumplió tres años a cargo de Paulo Orozco, profesor de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos.
Dos sábados al mes el grupo de cooperativistas La Milpa recibe el aguacate, las lechugas, el huevo o el apio de los productores de El Jilote. Con este sistema de compra, tienen la certeza de que el esfuerzo detrás de su producción agroecológica encontrará un destinatario.
A mediano plazo, comentó Orozco, la intención es gestar un modelo que se pueda compartir para que se formen más cooperativas e incida en el modelo alimentario que explota no solamente los recursos naturales, sino también a las personas.
Y es que, aunque México es el primer productor mundial de café orgánico y es una potencia en agricultura orgánica, no existen políticas públicas a su favor. Hasta hace algunos años no existían tiendas de productos orgánicos y las pocas que se mantienen son costosas porque no hay demanda de consumo de estos productos.
“La idea es cambiar el modelo alimentario desde el consumo. Queremos tomar más responsabilidad de nuestra alimentación y no dejarle toda la carga a los productores de orgánicos que ya tienen mucho tiempo organizándose”, mencionó Paulo Orozco.
Además, los productos son de acuerdo a la temporada, aunque en los supermercados siempre hay de todos los alimentos del campo, lo cierto es que no todos los productos se dan todo el año. En esta cooperativa sólo tienen tres productos permanentes: el frijol, el huevo y tortillas.
“Uno de los principales objetivos es que este producto agroecológico tenga un precio accesible. Falta mucho para eso, pues por ejemplo, para que un alimento esté muy barato en un supermercado, tuvieron que mal pagarlo. Queremos que el precio sea lo más justo posible tanto para el productor como para el consumidor”, destacó Orozco.
Con información de El Occidental