Con este proyecto no solo se seca el producto, sino que también se preserva la mayor parte de las propiedades del mismo
México. – Investigadores del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM, proponen modificar la infraestructura de invernaderos para que funcionen como secadores solares de alimentos, flores y plantas medicinales mediante la captación y acumulación de energía solar. Con este proyecto no solo se seca el producto, sino que también se preserva la mayor parte de las propiedades del mismo.
Isaac Pilatowsky, investigador del IER, detalló que la finalidad es establecer condiciones adecuadas para mantener la calidad de los productos utilizando la energía solar. Por lo que se hace una especie de invernadero por donde circula el aire, que también puede ser calentado de forma externa con la radiación para usarse dentro de la cámara de deshidratación. Además, entre sus ventajas figuran su factibilidad para controlar la temperatura y enfriar el invernadero, si así se requiere.
Con la experiencia que el equipo científico tiene en frutas, verduras, plantas medicinales y flores, el objetivo del proyecto es secar el producto, pero también preservar la mayor parte de sus propiedades. Asimismo, se busca fomentar la agroindustria basada en la deshidratación y el desarrollo de productos derivados de frutas y verduras que ya no se pueden comercializar.
Proyecto Puma
La iniciativa consiste en un sistema de “cortinaje” en el que con lonas flexibles se cierran algunas áreas para redirigir el aire a determinadas secciones, creando túneles de secado de manera rápida.
Hasta ahora, han deshidratado plátanos negros en hojuelas, jitomate y calabaza. “Necesitamos crear conciencia de lo que el secado solar puede aportar al sector agroindustrial. Queremos llevar la energía solar a un nivel más productivo, con control de calidad para que los artículos puedan ser exportables”, agregó el doctor Pilatowsky.
Asimismo, debido a que, en promedio, el 75 por ciento de los invernaderos en México están abandonados, Isaac Pilatowsky busca llevar esta tecnología al campo y adaptarla a las necesidades de cada lugar. Finalizó que “es necesario estudiar caso por caso porque influyen variables como la calidad del aire, humedad, radiación solar, qué producto es y cuándo se cosecha; el objetivo es que los invernaderos sean aprovechados todo el año”.
Con información de Agencia ID