De acuerdo con la FAO, la agroecología puede apoyar a la seguridad alimentaria y nutricional además de fomentar la resiliencia y la adaptación al cambio climático
México. – La agroecología como modelo de producción que mira más allá de la productividad toma presencia en las políticas públicas de América Latina y el Caribe, de acuerdo con un estudio divulgado este lunes por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La investigación de la Red de Políticas Públicas y Desarrollo Rural en América Latina reveló el florecimiento de esta práctica en la región, reconociendo el esfuerzo por «consolidarse como una disciplina científica» y un movimiento social.
El estudio analiza las acciones gubernamentales aplicadas por Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México y Nicaragua.
De acuerdo con la FAO, «la agroecología puede apoyar a la seguridad alimentaria y nutricional al mismo tiempo que fomenta la resiliencia y la adaptación al cambio climático».
Argentina destaca por sus «programas con componentes agroecológicos», la producción orgánica certificada para la exportación y labores de investigación y extensión en agroecología.
Estas acciones conviven con otras que promueven la producción convencional.
En México, «prácticamente no se identifican políticas dedicadas específicamente a la agroecología o producción agroecológica», pero sí se pueden observar elementos que tienden hacia alguno o varios de los objetivos que defiende esta práctica.
Brasil es una de las naciones que todavía presenta «muchos obstáculos» para implementar adecuadamente estas políticas; sin embargo, la sociedad civil y los movimientos sociales equilibran la balanza.
En lo que respecta a Chile, el país vive una reivindicación de los valores campesinos e indígenas pero que no siempre va «asociada a una mirada de sustento de la biodiversidad».
Aun así, en la última década «han surgido instrumentos que contribuyen de manera más directa a lo que sería una transición a la agroecología».
Costa Rica, por su parte, cuenta con «una agenda agroambiental que incluye una amplia gama de instrumentos públicos/privados, regulatorios y normativos y otros basados en incentivos económicos que han fortalecido la agroecología».
El impulso de estas prácticas «contribuye directamente al cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mediante una visión nueva y más compleja de lo que es la sostenibilidad económica, social y ambiental».
Con información de Efe