Si se combina el modelo de cultivo ecológico con cambios complementarios en el sistema alimentario mundial, se podría alimentar de un modo mucho más sostenible a la población en el año 2050
Suiza. – Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL), la Alpen-Adria-Universität Klagenfurt y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, consideran que la agricultura ecológica puede alimentar al mundo si se combina con otras acciones, como reducir la producción de ganado vacuno y el consumo de su carne, y reducir el desperdicio alimentario. Aseguran que de este modo es posible una conversión mundial hacia la agricultura ecológica y que esta puede contribuir a un sistema alimentario integral y sostenible, incluso bastaría con realizar unos cambios parciales para ello.
Los expertos comentan que la agricultura intensiva a gran escala ha logrado aumentar la disponibilidad alimentaria en algunas regiones, pero su impacto en el medio ambiente ha sido, y es, elevado y muy adverso. Se abusa del nitrógeno reactivo, ingrediente activo de los abonos utilizados en la agricultura intensiva, este elemento contamina el suministro de aguas y la atmósfera, se asocia a la pérdida de biodiversidad y a las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo la lista de sus consecuencias muy amplia.
Por el contrario, la agricultura ecológica no utiliza ni fertilizantes ni plaguicidas sintéticos, promueve la rotación de cultivos, lo que favorece la fertilidad de los suelos y el ciclo de sus nutrientes. Los investigadores comentan que este tipo de agricultura supera a la agricultura intensiva en términos ecológicos, pero sus rendimientos son más bajos, necesitan más terreno de cultivo para producir la misma cantidad de alimentos que el modelo industrial, de hecho, algunos expertos consideran que la agricultura ecológica es una forma ineficaz para producir alimentos y garantizar la seguridad alimentaria mundial.
Pero si se combina el modelo de cultivo ecológico con cambios complementarios en el sistema alimentario mundial, aseguran que se podría alimentar sin problemas y de un modo mucho más sostenible a la población en el año 2050, recordemos que se calcula que alanzará los 9.000 millones de personas. Lo cierto es que parece una tarea imposible en un escenario donde intervienen numerosos intereses económicos y actores de la industria alimentaria, pero los expertos comentan que la buena noticia es que no es necesario llevar a cabo la plena aplicación de las estrategias, basta con aplicarlas de forma parcial y combinada, ofreciendo un futuro alimentario más sostenible.
Se han realizado investigaciones centrándose sobre todo en la producción, el rendimiento y el impacto ambiental de la agricultura ecológica, pero no se han tenido en cuenta otros factores que podrían marcar la diferencia. La reducción de la producción del modelo ecológico se compensa con la reducción de la producción ganadera, algo que permite incrementar la superficie de cultivo. Recordemos que, según los datos facilitados por la FAO, el 40% de los alimentos que se cultivan en el planeta se destinan a la alimentación animal y según los pronósticos, esta cifra podría incrementarse hasta alcanzar el 60% en las próximas dos décadas.
La disponibilidad del agua también aumentaría, se calcula que se necesitan unos 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne de vacuno, frente a los 2.500 litros de agua que son necesarios para producir un kilo de arroz, algo que, según Jeremy Rifkin, obliga a replantearse la producción de alimentos, así como la gestión de los recursos disponibles. Reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos a lo largo de las cadenas de suministro ayudaría a mejorar la seguridad alimentaria y la capacidad de eliminar de forma sostenible el hambre y la desnutrición en el mundo.
Con información de Agencias