Esta relación entre la salud de los suelos, las plantas y los alimentos que consumimos cobra mayor relevancia cada día, porque el objetivo de la sanidad e inocuidad no es sólo evitar la residualidad de agroquímicos u otros contaminantes, sino contribuir a la prevención de enfermedades mediante alimentos saludables.
Por Ana Isabel Rodríguez*
Las promesas de la Revolución Verde dan ahora sus frutos. La pérdida de suelo crece más allá de la capacidad para regenerarse, con impactos dramáticos en el medio ambiente, la densidad de los nutrientes de los alimentos y la vida humana.
Así comienza el libro “Por amor a la Tierra”, escrito por Nicole Masters, experta en agroecología y agricultura regenerativa. Esta relación entre la salud de los suelos, las plantas y los alimentos que consumimos cobra mayor relevancia cada día, porque el objetivo de la sanidad e inocuidad no es sólo evitar la residualidad de agroquímicos u otros contaminantes, sino contribuir a la prevención de enfermedades mediante alimentos saludables.
Este desafío comienza en los suelos, porque tanto en la salud humana como la de los suelos interviene la microbiología, específicamente el microbioma. En los suelos, el microbioma realiza procesos bioquímicos que determinan la salud de las plantas, mientras que en los seres humanos permite metabolizar los alimentos, degradar toxinas o protegernos de patógenos, explica Kris Nichols, bióloga vegetal con una maestría en Microbiología y doctora en Ciencias de Suelo, por la Universidad de Maryland.
“El microbioma del suelo es fundamental para que las plantas obtengan los micronutrientes que demandan y que son necesarios para formar biomoléculas complejas, antioxidantes o polifenólicas en los cultivos. De la misma forma, estos elementos son indispensables para la microbiota de los seres humanos”, explica la especialista en suelos en entrevista para Agro Orgánico.
En la actualidad, en gran parte del mundo occidental aumentan los casos de gente obesa y desnutrida al mismo tiempo. La obesidad ocurre porque hay un consumo excesivo de macronutrientes como hidratos de carbono, proteínas y grasas, coexistiendo con alimentos “deficientes” en micronutrientes –vitaminas y minerales– esenciales para el desarrollo físico y cognitivo de las personas.
“La desnutrición es lo que realmente está afectando la salud a nivel mundial; de ahí la importancia de estudiar y entender la biología del suelo para abordar estos problemas”, apunta Nichols.
Aunque considera que soluciones biotecnológicas como el uso de insectos benéficos para el control de plagas, por mencionar alguna, contribuyen a lograr una agricultura más equilibrada, señala que las cosas deben verse en un contexto más amplio que tenga como punto de partida identificar el origen de cada problema.
“Para abordar el control de plagas y enfermedades agrícolas, buscando mejorar la salud del planeta en general, podemos hacerlo a través de la formación de más antioxidantes y polifenoles en las plantas, para que estas tengan un sólido mecanismo de defensa.
Pero si obligamos al suelo o a las plantas a consumir lo que naturalmente no existe en estos, estimulándolos químicamente, creamos una dependencia que los debilita y los convierte en organismos incapaces de prosperar y sobrevivir en el entorno natural”.
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Kris Nichols y Arden Andersen forman parte del grupo de expertos que participarán en el segundo congreso internacional “Manejo regenerativo de suelo”, organizado por la empresa mexicana Novedades Agrícolas DASA.
En el evento que tendrá lugar el 15 y 16 de noviembre de 2024 en Dolores Hidalgo, Guanajuato (México), también estarán presentes como conferencistas Georyan Reynoso Jiménez, especialista en energía cuántica aplicada a la agricultura; y Ernesto Miramontes Lau, ingeniero agrónomo especialista en el manejo de suelos salinos.
Más información e inscripciones: https://congresosdasa.com/