En entrevista para Agro Orgánico, el Dr. Thomas Dykstra, especialista en Entomología, explica cómo el bioelectromagnetismo incide en el crecimiento de las plantas y por qué los insectos no atacan a cultivos sanos.
Por Ana Isabel Rodríguez*
La conductividad eléctrica es un indicador químico de la calidad del suelo, porque aporta información valiosa sobre la fertilidad y la capacidad de éste para soportar el crecimiento de los cultivos.
Medir la conductividad eléctrica es esencial porque revela la capacidad del suelo para conducir corriente eléctrica, lo que refleja directamente la cantidad de sales solubles presentes en el suelo. Todas las tierras agrícolas contienen ciertas cantidades de sales, esenciales para el desarrollo de las plantas. Sin embargo, un exceso de sales puede resultar perjudicial, afectando el crecimiento de los cultivos.
Este es uno de los temas que serán abordados en el seminario internacional “¿Por qué los insectos no atacan plantas sanas?”, impartido por el Dr. Thomas Dykstra el próximo 8 de junio en Guadalajara, México y organizado por la empresa mexicana Novedades Agrícolas DASA.
En entrevista para Agro Orgánico, el especialista en Entomología explica también cómo el bioelectromagnetismo incide en el crecimiento de las plantas, la nutrición y la presencia de insectos.
Agro Orgánico: ¿Por qué es importante entender la relación entre el bioelectromagnetismo y aspectos como la presencia de insectos en las plantas o la condición de los suelos?
Thomas Dykstra: aunque ya tenía experiencia y conocimientos como entomólogo, fue hasta que empecé el doctorado y conocí al Dr. Philip Callahan, experto en electromagnetismo, cuando comencé a estudiar la influencia de los campos magnéticos y electromagnéticos externos en plantas e insectos.
Desde esta perspectiva, traté de comprender cómo los campos electromagnéticos afectan a los insectos y, en consecuencia, a todos los seres vivos del planeta, desde la microbiología hasta grandes animales. Y también, la forma en que se recibe y almacena la electricidad desde un punto de vista biológico, entender cómo un organismo biológico detecta campos electromagnéticos. Esto se relaciona con la conductividad eléctrica del suelo, que tiene que ver directamente con la salud de las plantas.
(El Dr. Callahan encontró una asociación entre el crecimiento y la vitalidad de las plantas y la presencia o incorporación de roca paramagnética al suelo, debido al efecto que ejerce al entrar en contacto con las raíces y los microorganismos que habitan la rizosfera.
De acuerdo con sus investigaciones, el paramagnetismo estimula el crecimiento de las poblaciones de bacterias y su actividad, de esta forma favorece la biodisponibilidad de los micro y macro nutrientes que se encuentren presentes en el suelo).
AO: Desde su experiencia como investigador, ¿cuál es el principal desafío que enfrentan los agricultores para ser rentables y sostenibles?
TD: Considero que el mayor problema, en el mundo, es la fuerte disparidad entre el dinero que se gasta en insumos para producir y el ingreso que el agricultor recibe por sus cosechas. Muchos agricultores están cerrando sus negocios porque no son rentables.
Pero, para ganar dinero muchos de ellos han ido en una dirección enfocada únicamente en aumentar la productividad, basada en el uso intensivo de agroquímicos. Y esto genera más problemas, porque un cultivo estresado es vulnerable al ataque de insectos, a enfermedades o a la presencia de malezas.
¿Qué hacen entonces los productores? Aplican plaguicidas, fungicidas y herbicidas para “controlar” una serie de problemas, que lo único que provocan es que el dinero gastado en insumos sea mayor a sus ingresos.
Por eso, considero que la respuesta no está en aumentar la productividad, sino en disminuir la aplicación de insumos. Y esto es posible siempre que logremos evitar el estrés en las plantas, porque una vez que esto ocurre, son absolutamente susceptible a enemigos como plagas y enfermedades.
AO: ¿La agricultura orgánica contribuye a la sanidad de los cultivos?
TD: Bueno, yo mido la salud de una planta con un refractómetro de brix. Por lo general, una planta cultivada convencionalmente tiene menos grados brix en relación con una cultivada orgánicamente, pero no siempre es así. En ambos esquemas es posible reducir las aplicaciones de insumos siempre y cuando crees el ambiente para que las plantas crezcan con lo que necesitan para estar sanas.
En un cultivo sano, los grados brix siempre son altos; y esto también es resultado de que la fotosíntesis se lleve a cabo adecuadamente. Entonces, no creo que la salud vegetal se encuentre sólo en la agricultura orgánica. Siempre que las plantas crezcan en suelos sanos y tengan una nutrición adecuada, serán productivas.
AO: ¿Cómo se benefician los consumidores con un cultivo sano?
TD: Cuando comemos alimentos saludables, reducimos el riesgo de enfermarnos. Si consumimos alimentos altos en grados Brix, ayudamos a que nuestros sistemas se mantengan saludables.
Ocurre lo mismo con el ganado: si los alimentamos con pasto alto en grados brix, tendremos animales sanos que no requieren medicamentos porque son menos susceptibles a enfermarse. Está comprobado que las vacas alimentadas con pasto alto en grados brix no sólo son más saludables, sino que su carne es de mejor calidad y la leche tiene un mejor nivel de grasa, que es una cualidad muy valorada entre fabricantes de helados de alta gama, por ejemplo. Nuestra salud comienza con la forma en que hemos producido nuestros alimentos.
*Directora editorial de Agro Orgánico. editorial@agroorganico.com.mx
El seminario internacional “¿Por qué los insectos no atacan plantas sanas?” tendrá lugar el próximo 8 de junio en Guadalajara, México. El registro está disponible en línea: https://novedadesdasa.com/seminario-internacional-dr-thomas-dykstra-por-que-los-insectos-no-atacan-plantas-sanas/