El nuevo producto está formado por ocho bacterias endófitas –que residen en tejidos de las plantas– las cuales regulan la asimilación del nitrógeno en ésta
México. – Como una alternativa a la fertilización química, el investigador Jesús Francisco Echaide Aquino, desarrolló un biofertilizante para maíz blanco, el cual reduce el impacto económico, ecológico y de salud.
A través de dicho proyecto, el egresado de la licenciatura en Biología de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), recibió el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2016, en la categoría de Investigación Temprana.
“La idea era crear un biofertilizante a base de bacterias con la capacidad de aumentar la asimilación de principales nutrientes hacia la planta, en este caso el maíz blanco”, explicó Echaide Aquino.
En entrevista con la Agencia Informativa Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el especialista dijo que el biofertilizante es una alternativa a los fertilizantes comerciales, que generan contaminación química excesiva en la tierra de cultivo, mismo que limita su uso en tierra fértil.
El nuevo producto está formado por ocho bacterias endófitas (que residen en tejidos de las plantas), las cuales regulan la asimilación del nitrógeno en ésta.
“El biofertilizante es distinto de los fertilizantes comerciales, porque es orgánico y es específico del cultivo. Esas bacterias por lo regular son propias de la planta, no estamos echando nada extraño”, indicó.
En la parte experimental, el joven junto al equipo del Laboratorio de Biotecnología, liderado por el doctor Miguel Beltrán García, realizaron pruebas en parcelas de Acatic, en Jalisco, para comparar la calidad de plantas tratadas con fertilizante químico y biofertilizante.
De acuerdo con Echaide Aquino, la innovación tendrá hasta 90 por ciento de ahorro comparado con los fertilizantes químicos, con un rendimiento de grano apenas 10 por ciento inferior.
Tras la prueba, los especialistas determinaron que la calidad de las plantas asperjadas con el biofertilizante era superior a las regadas con fertilizante tradicional, pues tenían más vigor y un color más uniforme.
“Además se notó una disminución grande en la plaga del huitlacoche y roya, por lo que puede funcionar como fungicida o biocontrol también. Notamos más salud en nuestro cultivo y el tamaño de las mazorcas era comparable al del fertilizante químico”, sostuvo.
Asimismo, el científico busca desarrollar otros biofertilizantes específicos para que puedan ser empleados en cultivos de maíz azul, banano y trigo.
Con información de Notimex
