El grado de degradación en una superficie de más de 142 millones de hectáreas, se manifiesta en escasez de agua y alimentos
Redacción Agro Orgánico

México. – Estudios edafológicos realizados por el Colegio de Posgraduados (Colpos) indican que dos terceras partes del suelo en el territorio nacional presentan degradación por erosión y escurrimientos desordenado de agua, donde el factor humano ha jugado un papel muy importante, informó la institución en comunicado.
De acuerdo con el Colpos, el grado de degradación en una superficie de más de 142 millones de hectáreas, se manifiesta de manera física, química y biológica, así como en escasez de agua y alimentos.
En este contexto, el investigador del Colpos, Manuel Anaya Garduño, consideró que han hecho falta políticas para la vigencia y ejecución plena de leyes; dependencias federales y estatales especializadas; así como programas y proyectos encaminados a evitar que millones de toneladas de suelos fértiles se desplacen cada año por fenómenos como la erosión del viento y el agua, la deforestación y destrucción de la cubierta vegetal.
El experto en manejo de suelos, desertización y aprovechamiento de agua de lluvia advirtió que México tiene más de 70 años de retraso en materia de protección de los suelos, cuya degradación es cientos de veces mayor que su recuperación y rehabilitación a nivel mundial y nacional.
Por ello, urgió a emprender acciones que permitan aumentar, conservar y fortalecer la calidad de los suelos, sobre todo en regiones donde se practica una agricultura intensiva y un esquema de pastoreo de ganado, mayor y menor, por encima de su capacidad de recuperación.
Asimismo, agregó que la creciente y progresiva baja de la calidad de los suelos en el país se refleja en la reducción de los índices de productividad, sobre todo en las zonas consideradas de temporal, donde en maíz, por ejemplo, el rendimiento promedio es de 2.5 toneladas por hectárea, mientras que en frijol los rendimientos apenas llegan a 300 kilogramos/ha, según cifras oficiales.
Esto explica que haya pobreza por efecto de la baja calidad de suelos. El reto en estas zonas –dijo– es alcanzar rendimientos del doble en ambos cultivos, ya que la degradación de los suelos aumenta los costos de producción agrícola, pecuaria y forestal y empobrecen a la población rural, hasta el punto de provocar su migración a la periferia de las ciudades o al extranjero.
Ante esta situación, el especialista pidió a las autoridades del sector agropecuario a crear nuevamente el área de conservación del suelo y agua, lo que implicaría aumentar notablemente una infraestructura que se ha perdido. “Debemos emprender acciones conjuntas entre autoridades, investigadores del suelo y, de manera muy importante, de los productores”, puntualizó.