El sector agroalimentario es una pieza fundamental en la relación comercial entre México y Estados Unidos, en la que ambos resultan beneficiados. En los últimos años la balanza comercial agroalimentaria ha sido superavitaria y las exportaciones agroalimentarias a Estados Unidos han mantenido una tendencia al alza durante la última década.
Por Astrid Rivera*
Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus amenazas de imponer aranceles a las importaciones procedentes de México, se ha generado un clima de incertidumbre respecto a los posibles efectos que podría traer este tipo de medidas. Pese a estos amagos, el sector agroalimentario considera que la imposición de estas cuotas perjudicaría a ambos países, por lo que las negociaciones para la renovación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) deben buscar las mejores condiciones para seguir fortaleciendo la región de América del Norte.
El sector agroalimentario es una pieza fundamental en la relación comercial entre México y Estados Unidos, en la que ambos resultan beneficiados. En los últimos años la balanza comercial agroalimentaria ha sido superavitaria y las exportaciones agroalimentarias a Estados Unidos han mantenido una tendencia al alza durante la última década.
En 2014 –durante el último período de gobierno de Barack Obama– el valor de las exportaciones agroalimentarias de México a Estados Unidos alcanzó un valor de 21,172 millones de dólares, con lo que se registró en ese año una balanza superavitaria de 1,685 mdd; es decir, fueron mayores las exportaciones a las importaciones.
10 años después, en 2024 –con corte hasta octubre– la Balanza Comercial Agropecuaria y Agroindustrial reportó un superávit de 6,957 millones de dólares. Es el tercer mayor saldo positivo en 30 años (desde 1995); derivado de 45,560 millones de dólares de exportaciones y 38,602 millones de dólares de importaciones. El 84% de las exportaciones agroalimentarias tiene como destino Estados Unidos, según cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Los principales productos agroalimentarios comercializados hacia Estados Unidos son: cerveza, tequila, aguacate, tomate, pimiento, pepino y cítricos entre otros.
Una de las promesas de campaña de Trump cuando compitió por la presidencia de Estados Unidos fue la revisión del T-MEC. El 27 de noviembre, a pocos días de darse a conocer su triunfo en las elecciones, Trump expresó que, a partir del 20 de enero –primer día de su gestión– impondrá un arancel de 25% a los productos importados de México, Canadá y China.
Juan Carlos Anaya Castellanos, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), señaló que México, Estados Unidos, y Canadá, conforman el bloque comercial agroalimentario más fuerte a nivel mundial, con un índice de autosuficiencia alimentaria del 112%; con lo que estos tres países son una de las regiones más integradas y complementarios del sector agroalimentario, especialmente en productos como maíz, carne y lácteos, generando beneficios comerciales para las tres naciones.
“Creo que el presidente Trump analizará la situación, el tema de aranceles no tiene porqué incluir a los alimentos, se debe cuidar la inflación. Imponer aranceles provocaría inflación, mayores costos para los consumidores de ese país. Mientras que, para México haría menos competitivos a los productores, lo cual ayudaría a competir en el mercado a países como Perú, Chile, o Colombia”, expuso.
Para Anaya Castellanos no es lógico que el gobierno estadounidense imponga aranceles a las exportaciones, en especial, a las agroalimentarias no sólo porque contradice los principios fundamentales del T-MEC y amenaza la integración comercial lograda entre ambos países, la cual ha permitido continuar con el abasto de alimentos aun en situaciones complicadas como lo fue durante la pandemia de COVID-19.
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