Los expertos tienen pocas dudas: contrarrestar la desertificación con la agricultura orgánica es una estrategia que funciona
Además, el problema de la sequía, con la consecuente expansión de territorios desérticos, es un fenómeno que muchos científicos vinculan al uso de técnicas convencionales en los cultivos, cuyo suelo, a la larga termina deteriorándose.
Por esta razón, los investigadores están evaluando los efectos de la agricultura orgánica en la tierra, descubriendo que esta, aplicada en los países en desarrollo, puede marcar una diferencia en la lucha contra la desertificación.
IFOAM Organics International, ha recogido las opiniones de los operadores más cualificados del sector, tratando de establecer las ventajas concretas de la agricultura orgánica en la lucha contra la desertificación, junto con el cambio climático, por supuesto.
Mejorar la fertilidad del suelo: La agricultura orgánica tiene la ventaja de crear un suelo vivo, rico en materia orgánica. Técnicas como el uso de fertilizantes naturales, la rotación de plantaciones y el cultivo simultáneo de diferentes plantas hacen que la tierra tenga un aspecto mucho más natural. Si la agricultura convencional a menudo corre el riesgo agotar el suelo, la agricultura orgánica tiende a hacerlo más saludable cada año.
Prevenir la erosión del suelo: puede ocurrir que la calidad del suelo se degrade naturalmente, generalmente debido al viento o al agua, en un fenómeno llamado erosión. Sin embargo, cuando el suelo es de mejor calidad, sano y rico en materia orgánica, tiende a resistir mucho mejor a la intemperie, evitando su dispersión.
Mejor infiltración y retención de agua: No hay recurso más valioso que el agua para un agricultor, pero no basta con distribuir grandes cantidades de agua en el suelo para que las plantas queden satisfechas. Si el agua no penetra en las capas superficiales o se hunde en el suelo con demasiada rapidez, los cultivos se ven afectados y se desperdician los recursos. El suelo de la agricultura ecológica conserva mucho mejor el agua y la retiene en la cantidad adecuada.
Reducir el consumo de agua: por las mismas razones que hemos mencionado en el punto anterior, la agricultura ecológica requiere menos agua que la agricultura convencional, lo que permite a los agricultores de los países más necesitados cultivar más tierra, alejándola de la desertificación.
Reducir la contaminación del agua: otro aspecto a considerar en relación con el uso del agua es la contaminación que encontramos –especialmente en la agricultura convencional– debida a pesticidas y fertilizantes. La agricultura ecológica, en este sentido, es más segura y menos contaminante para los recursos hídricos de los agricultores locales.
Con información de Organic Without Boundaries