La diseñadora industrial austríaca Katharina Unger ha creado un aparato para criar en casa gusanos de la harina
Barcelona. – En Occidente hay quien empieza a tomarse muy seriamente la posibilidad de consumir gusanos como una forma de alimentación más ecológica, ya que no provoca los graves problemas ambientales que genera el sector ganadero.
La diseñadora industrial austríaca Katharina Unger, mediante una campaña de micromecenazgo, ha creado un aparato para criar en casa gusanos de la harina (Tenebrio molitor), unos animalitos que se pueden alimentar con los restos de fruta y de verdura.
Unger asegura que mediante los desperdicios se pueden crear proteínas de primera calidad. Estos gusanos tienen más proteínas que un filete de ternera, más vitamina B12 que los huevos y más fibra que el brócoli.
El aparato diseñado por Katharina Unger es una especie de colmena, blanca y plateada, del tamaño de una papelera. Está previsto que se empiece a comercializar a finales de año, por unos 600 euros. El aparato se venderá con un kit que incluirá el lote inicial de gusanos y un recetario.
El funcionamiento es muy sencillo: las larvas se depositan a la parte superior del aparato, y los gusanos, a medida que van creciendo, van cayendo hacia las bandejas interiores, donde se pueden recoger cuando han crecido. Cada semana se pueden obtener 500 gramos de gusanos, que Unger recomienda sacrificar congelándolos.
Estos gusanos, según Unger, tienen un sabor neutro, con un poco de regusto a nueces, y se pueden cocinar de muchas formas: fritos, en hamburguesa, a la parrilla, guisados… Unger cocina albóndigas de gusanos, pero asegura que, salteándolos, simplemente, constituyen un acompañamiento perfecto para tomar con una cerveza.
El porqué
La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), hace mucho tiempo que recomienda incrementar el consumo de insectos. Argumenta que es difícil asegurar el consumo de carne para toda la humanidad y que se tienen que explotar nuevos recursos proteínicos.
Por otra parte, el consumo de insectos permitiría reducir los residuos que provoca la ganadería y que ocasionan una altísima polución, difícilmente sostenible (como pasa aquí con el tema de los purines).
La FAO calcula que hay centenares de tipo de insectos potencialmente consumibles, 400 ya bien identificados que se consumen habitualmente en diferentes partes del mundo.
Katharina Unger añade que con los insectos se puede producir alimento en muy poca superficie, y eso permite luchar contra la creciente escasez del suelo en el planeta. Además, asegura que criando los gusanos en casa puedes garantizar una alimentación bien sana, sin peligrosos aditivos.
Con información de EFE