Se trata de un difusor de ultrasonidos que se colocan estratégicamente en invernaderos a razón de uno por cada 2 mil 500 metros cuadrados
México.– Producto de la innovación en búsqueda de soluciones a problemas específicos, Jessica Carrillo y Antonio Águila ya han conseguido implementar un sistema que ahuyenta a plagas en cultivos de invernadero a partir de la difusión de ultrasonidos.
El proyecto, incubado en el sorprendente modelo de ILAB en Xalapa Veracruz, que encabeza Víctor Moctezuma y que tiene como aliados estratégicos al MIT y a la Universidad de Harvard ha impulsado a la empresa Agrodian que ha demostrado eficiencia en su primer prototipo funcional instalado en invernaderos en Cerro Gordo, Veracruz.
Se trata de un difusor de ultrasonidos que se colocan estratégicamente en invernaderos a razón de uno por cada 2 mil 500 metros cuadrados. Este difusor, inalámbrico, emite durante las 24 horas del día frecuencias que no pueden ser captadas por el oído humano y que ocasionan trastornos importantes en las plagas que atacan los cultivos.
La prueba piloto que ya dio resultados muy eficientes se ejerció en contra de la «mosca blanca» que ocasiona pérdidas muy relevantes a cultivos de tomate, tanto la variedad verde como la roja o jitomate. Esta plaga también ocasiona daños a otros cultivos como la calabacita o el pepino. También se han realizado algunas pruebas para ahuyentar a la araña roja que lesiona los resultados de cultivos en invernadero de otros productos.
Ingeniero en electrónica, Antonio Águila estuvo buscando durante varios meses la manera en relacionar la emisión de ultrasonidos que pudieran evitar el consumo y utilización de plaguicidas que por ser componentes químicos alteran el natural crecimiento de variedades vegetales.
Trabajó durante varios meses en conseguir un difusor de esas frecuencias y sus resultados en especies que dañan los cultivos. Se constató que determinados sonidos provocan confusión y desorientación de las plagas a tales extremos que huyen del cultivo o bien mueren como consecuencia de no poder orientarse hacia donde se encuentra el alimento.
Al momento se estudian otras frecuencias para detectar cuales provocan los mismos resultados en otras plagas con resultados optimistas hasta ahora contra la araña roja.
La araña roja, araña amarilla o ácaro amarillo (Tetranychus urticae) es un ácaro muy pequeño, de menos de 1 mm. Por su pequeño tamaño sólo se puede diferenciar bien con una lupa. Si está presente se localiza en el suelo (donde realizan la puesta de huevos y también hibernan) o formando colonias en el envés de las hojas, donde vive alimentándose de la savia que succionan de ellas.
El sistema/servicio, es capaz de emitir de manera alternada tres frecuencias o más con el propósito de atacar a varias plagas de insectos. Aunque el sistema está en posibilidades de difundir más frecuencias se ha notado que va en cargo a la eficiencia del sistema.
Otra de las grandes ventajas que ofrece este producto/servicio es que en automático, de desearse, el agricultor puede calificar para obtener cultivos orgánicos si lo desea. Un producto certificado como orgánico es tres veces más caro que uno que no lo es.
Además el sistema cuenta con WiFi de tal manera que al bajar una aplicación los responsables del invernadero pueden en tiempo real conocer no solo cómo se ha realizado la difusión de los ultrasonidos sino también estar enterado y controlar de alguna manera tanto la humedad del invernadero como el sistema de riego e incluso la disposición de los difusores de luz o «persianas».
Inicialmente se ha estimado como probable que el costo del servicio por invernadero pueda ser no mayor a los dos mil pesos mensuales y desean dejarlo en un nivel en lo posible menor para beneficio de agricultores con invernaderos pequeños.
Estos muchachos requieren de inversionistas que quieran vincularse en el proyecto que busca ya el prototipo funcional que habrá de usarse en el inicio de comercialización del producto.
Los jóvenes forman parte de una generación de emprendedores formados en el ILAB que trabaja de manera reiterada en la búsqueda de soluciones a problemáticas que involucren directa o indirectamente a un mercado de no menos 10 millones de consumidores.
Para comunicarse con los emprendedores a jessica.carrillo@ilab.net o bien antonio.aguila@ilab.net
Con información de El Financiero