Exigen nueva política de producción, industrialización y comercialización.
Redacción Agro Orgánico
Ciudad de México. – Productores del sector social encabezados por el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche y por conducto de su dirigente Álvaro González Muñoz, solicitan al presidente Andrés Manuel López Obrador “su intervención para poner fin al desorden en los diferentes procesos en la producción de leche, y que se dé a la lechería mexicana la importancia social y económica que merece, en el contexto de atención alimentaria a más de 26 millones de mexicanos”.
En línea con el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional Agropecuario, dichos productores de leche piden al gobierno federal delimitar esquemas de apoyo al sector pecuario lechero, en virtud de que un aumento de precio por litro es insuficiente para resolver las dificultades que arrastran desde más de 20 años.
De mismo modo, piden que la Cámara de Diputados autorice en el presupuesto del 2020 recursos suficientes para que Liconsa, como empresa del Estado, se abastezca 100% de leche producida por mexicanos, “fresca, pura, de alta calidad nutricional.”
Además, el frente manifestó que los productores deben tener certeza en cuanto a inversiones para reactivar el sistema productivo, garantizando que esta industria sea una actividad viable capaz de contribuir a la reducción en los niveles de hambruna a la que están propensos más de 26 millones de mexicanos en situación de pobreza extrema, según cifras oficiales del Inegi.
Respecto a las importaciones, el Frente señala que comprar leche extranjera en polvo y derivados lácteos “a ciegas”, fue una actividad habitual en los pasados gobiernos y se precisa que prácticamente esto sigue ocurriendo en México. “Productos lácteos” sin calidad ni sanidad, fuera de regulación de parte de Salud y Profeco. Esto, además de ser fraude a los consumidores, es una competencia desleal para los productores nacionales.
En tanto al tema de acciones fraudulentas, Álvaro González apunta que tiendas de autoservicio despachan “marcas propias”. La realidad de esto último es que dichas tiendas, a las que el público frecuenta para completar su canasta básica, compran “suero enriquecido” con supuestos minerales y proteínas, le agregan grasa vegetal y lo meten al mercado de leche y derivados, al mismo precio que la leche natural.
Entre otros factores que influyen en esta incertidumbre lechera en el país, destaca la falta de comprensión de las autoridades federales del daño al patrimonio nacional
al permitir exceso y facilidades para importar y comercializar “las sobras lácteas”. Lo que obliga a productores lecheros vender a Liconsa su producto a bajo precio, qué por si no fuera poco esta empresa adquiere bajos volúmenes, lo que empeora la ayuda a los pequeños y medianos productores.
Cabe señalar que en el país hay más de 500 empresas proveedoras de alimentos, de equipos para la ordeña, laboratorios, farmacias y profesionales veterinarios que viven en torno de la leche y sus derivados. Con respecto a este último dato, el dirigente añadió que es más fácil para las autoridades mexicanas la compra en el extranjero saldos de leche, que ponerse a trabajar y así resolver un problema que afecta a 150 mil familias del sector lechero; además de un millón de empleos relacionados con el proceso productivo, distribución y comercialización.