El agricultor salvadoreño ha mejorado sustancialmente sus cultivos a partir de nuevos métodos orgánicas
El Salvador. – Amílcar Baltazar Cortez, agricultor salvadoreño, muestra su parcela de maíz CENTA H-59 que tiene cultivada en el cantón Roble Volcancito, del municipio de San Pedro Nonualco, El Salvador; y que la ha manejado en forma orgánica.
Es una manzana de maíz sembrada en un terreno de ladera que también es manejado con prácticas culturales como la no quema, dejar los rastrojos en el suelo, prácticas que, sumadas con el manejo agronómico del cultivo, reflejan los resultados positivos obtenidos.
Baltazar Cortez, logró estos resultados gracias a la asistencia técnica que recibe de la agencia de extensión del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) en San Pedro Nonualco.
“Comencé dudando porque no tenía experiencia en esto de los orgánicos, pero me fui convenciendo cuando vi que un palo de naranjo se iba recuperando después de aplicarle agua cernada (obtenida del cocimiento del maíz) por indicaciones del técnico”, comenta el productor.
A partir de ese momento empezó a interesarse más por los productos orgánicos en los que era capacitado por el CENTA, e inició el manejo del maíz utilizando productos orgánicos como el agua cernada y fórmulas obtenidas a partir de la mezcla de sales minerales (fósforo, potasio, calcio, boro zinc, manganeso y magnesio) con microorganismos líquidos, melaza y suero o leche.
“Es la primera vez que cultivo maíz en forma orgánica y estoy convencido de los beneficios, pues he obtenido buena cosecha y estoy entusiasmado para la próxima siembra, ya seguro a lo que vamos; estaba con aquella duda, pero ya estoy convencido y de ahora en adelante así vamos a trabajar”, expresó Baltazar.
Asegura que fueron los altos costos de los químicos lo que lo motivó a experimentar lo más natural posible, y ahora está satisfecho con lo que ha logrado, aunque “trabajar con orgánicos requiere estar más pendiente”.
Sin embargo, dice, los resultados están a la vista: mazorcas más grandes, llenado total, maíz más dulce, no hubo volcamiento de las plantas, mayor producción, son algunos de los beneficios del uso de fertilizantes orgánicos.
Por su parte, Enrique Arturo Crespín, técnico de CENTA, expresó lo importante que es encontrarse con productores que muestren interés por el uso de productos orgánicos como Amílcar, porque son ellos mismos quienes invitan a más productores al uso de dichos productos.
“Ver los excelentes resultados en el maíz, es lo que ha llevado a Amílcar a aplicar dichos productos en otros cultivos como frijol, sorgo, café, cacao y frutales”, añadió pues, además de las fórmulas utilizadas en maíz, también ha aprendido a elaborar otros productos como el caldo sulfocalcio, caldo ceniza y los microorganismos sólidos y líquidos.
Tan sólo en esta región son 14 productores los que ya están viendo los efectos acerca de los beneficios de manejar los cultivos orgánicamente, siendo Amílcar uno de los más aventajados.
Con información de: El País