El proyecto “Cultivando un México Mejor” propone una agricultura más eficiente que consume menos agua
Redacción Agro Orgánico
Guanajuato, México. – Con el objetivo principal de reducir el consumo de agua en los cultivos de cebada, el proyecto “Cultivando un México Mejor”, impulsado por Heineken México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) busca brindar a los productores las herramientas necesarias a favor de sus sistemas productivos y del medio ambiente.
De esta manera, productores y técnicos que participan en el proyecto de sustentabilidad agrícola se reunieron en las instalaciones de la Asociación Agrícola Local de Valle de Santiago, Guanajuato, para la presentación de los resultados del ciclo 2018-2019 de ese proyecto.
Entre las prácticas sustentables que los productores que participan en el proyecto han implementado se encuentran el manejo integral de plagas, enfermedades y malezas; la utilización de microorganismos eficientes -bacterias y levaduras que ayudan a mejorar los suelos afectados por la aplicación indiscriminada de agroquímicos-.
Asimismo, se identificó el uso del sensor GreenSeeker®, que permite realizar mediciones para hacer más eficiente la fertilización nitrogenada; el diseño de riego; la siembra en hileras; la fertilidad integral; y otras prácticas derivadas de la Agricultura de Conservación, sistema basado en los principios de mínima labranza, aprovechamiento del rastrojo como cobertura y rotación de cultivos.
En conjunto, estas prácticas sustentables les permitieron a los productores tener mayores utilidades y rendimientos, así como un ahorro de 20% en el consumo de agua -es decir, 1,200 metros cúbicos en promedio- en el ciclo 2018-2019, en comparación con los cultivos manejados con prácticas convencionales.
La cifra es aún más significativa si se consideran el clima cambiante y las enfermedades que se presentaron durante el ciclo agrícola, como infecciones por hongos: fusarium (Fusarium spp.) y mancha reticulada (Pyrenophora teres).
De acuerdo con Francisco Javier Escamilla y Jorge Martínez, dos de los productores que participan en el proyecto, registrar el consumo del agua y los rendimientos les permitió observar de forma tangible las ventajas de hacer una agricultura sustentable.
De mismo modo, y con la ayuda de la Agricultura de Conservación, no necesitaron usar amoniaco (fertilizante que -mal empleado- puede ser nocivo para la salud humana) para obtener buenos rendimientos, y las parcelas sembradas con este sistema tuvieron menor incidencia de enfermedades.