El hongo Raffaela lauricola es capaz de a los acabar con la vida del 90% de los árboles de aguacate infectados en poco más de seis semanas
EEUU. – El aguacate se ha convertido en un must have de nuestra dieta. Todo el que se preocupa mínimamente por su salud sabe que se trata de una fruta muy saludable y que, además, es antioxidante, rica en potasio y reduce el colesterol LDL (el malo) y aumenta el colesterol HDL (el bueno), motivos por los que ha sido clasificada por algunos expertos como un “superalimento”.
Sin embargo, el futuro de los árboles de los que se extrae este fruto no es muy prometedor en enclaves como Florida debido a la presencia en las plantaciones de aguacate del escarabajo del laurel rojo (Xyleborus glabratus).
Este diminuto insecto del tamaño de un grano de arroz transmite el hongo Raffaela lauricola a los árboles, a quienes el hongo causa un grave problema vascular. De hecho, es capaz de acabar con la vida del 90% de los árboles infectados en poco más de seis semanas.
Por ello, detectar a tiempo la enfermedad es clave para asegurar el devenir de las plantaciones de aguacate, algo en lo que son expertos los perros, según revela un estudio publicado el pasado mes de abril en la revista especializada HortTechnology.
En su trabajo, los expertos, investigadores de la Universidad Internacional de Florida (Estados Unidos), relatan que los canes son la mejor tecnología para detectar si la madera está o no enferma gracias a su privilegiado sentido del olfato, pues según la raza, los perros tienen entre 125 y 220 millones de células olfativas, mientras que los humanos sólo poseen unos cinco millones de receptores de este tipo.
En concreto, los resultados de la investigación constatan que los canes detectan, con un porcentaje de acierto del 95 %, si los árboles están enfermos, y lo hacen incluso cuando las condiciones climáticas son adversas, es decir, cuando la temperatura y la humedad son altas y enmascaran el olor de la madera.
La gran capacidad olfativa permite a los perros detectar la enfermedad incluso antes de que se manifieste físicamente, algo que no tarda en ocurrir, ya que este hongo se propaga muy rápidamente por el interior de la madera, que empieza a adquirir un tono marrón oscuro poco después de ser infectada.
Con información de La Vanguardia