La Asociación Brasileña de Productores Orgánicos (ABPO), se compromete a garantizar el origen y el seguimiento de las reses sin dañar el ecosistema como el Pantanal
Sao Paulo. – Los productores de carne orgánica del pantanal brasileño, la mayor región inundable del mundo y reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se acogieron a un protocolo de sostenibilidad que incide en la conservación ambiental de esta región pantanosa.
La Asociación Brasileña de Productores Orgánicos (ABPO), con apoyo de la organización WWF Brasil, se comprometieron a garantizar el origen y el seguimiento de las reses en toda la cadena productiva -cría, engorde, sacrificio y procesamiento- sin dañar el ecosistema.
Esta es la primera vez en el país suramericano que la preocupación por el medioambiente está recogida en una certificación de reses bovinas, según WWF Brasil.
La producción de carne en esta vasta región que alcanza en Brasil a los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul (centro-oeste), pues también abarca algunas zonas de Bolivia y Paraguay, se remonta desde hace más de 250 años y sigue los ciclos naturales de la región.
El Pantanal es un ecosistema pantanoso que en total alberga a 3.500 especies de plantas, 656 de aves, 325 de peces y 159 de mamíferos, además de decenas de reptiles y anfibios.
«Con este protocolo el animal tiene que ser del pantano y tenemos que documentar toda su vida. Además, su certificado tiene que ser auditado y aprobado por autoridades oficiales», dijo Leonardo Leite de Barros, presidente de ABPO, en un encuentro con periodistas.
El «Protocolo de Carne Sostenible» está registrado en la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil, será fiscalizado por el Ministerio de Agricultura y auditado por el Instituto Biodinámico.
Brasil, uno de los mayores exportadores de carne del mundo, ya tiene una ley que regula la producción de carne orgánica, pero este nuevo protocolo sostenible, iniciativa de la ABPO, aumenta los controles e introduce la cuestión del medioambiente.
«Tenemos una cultura secular. Cuidamos el ganado de forma diferente, tenemos métodos diferentes y tenemos una relación con el territorio que necesitamos mostrar, por eso decidimos crear este protocolo y dar a conocer al consumidor esta carne certificada de pantano», apuntó Leite de Barros.
A efectos prácticos se traduce en el campo en fiscalizar más la vida del ganado, ajustar el uso de los pastos naturales para evitar la pérdida de nutrientes y desequilibrio del suelo, además de prohibir el uso de productos químicos sobre el terreno.
«El Pantanal tiene un límite productivo natural siguiendo el ritmo propio del pantanal. El producto final tendrá un mayor control de calidad y sin degradar la naturaleza», aseguró a Efe Júlio César Sampaio, coordinador del programa Cerrado-Pantanal de WWF Brasil.
WWF Brasil monitora cada dos años el Pantanal y «a pesar de tener el 82 % de su cobertura natural preservada», sostiene Sampaio, hay evidencias de que ha habido «alguna alteración» por parte de ciertos ganaderos a través de la «sustitución de pastos naturales» por otros no autóctonos que «son plantados para aumentar la productividad».
Con esta nueva certificación, el precio de las carnes que sigan este método será entre un seis y un veinte por ciento más caras dependiendo del corte, si es simple o más elaborado.
Con información de EFE