La ISO 16128 es una guía que recoge las directrices de definiciones y criterios para los cosméticos naturales y orgánicos
Madrid. – La picaresca es un hecho y hay hasta firmas ‘eco’ que recurren a frases engañosas que confunden al consumidor sobre los atributos del producto. Los ‘auténticos’ productos naturales son los que duermen tranquilos a pesar de la llegada de última normativa ISO (International Standard Organization), que estandariza los parámetros.
La ISO 16128 es una guía que recoge las directrices de definiciones y criterios para los cosméticos naturales y orgánicos. Estas directrices son específicas para el sector de cosméticos, teniendo en cuenta que la mayoría de los enfoques existentes sobre los términos naturales y orgánicos eran hasta el momento escritos para el sector agrícola y alimentario y no son directamente transferibles a los cosméticos.
Se trata de la única organización independiente y no gubernamental para la creación de estándares internacionales. El caso es similar a lo que Cosmetics Europe (COLIPA) promovió hace unos años unificando los estándares para los filtros solares. Paola Gugliotta, fundadora de APoEM, nos desvela todos los entresijos de la cosmética ‘bio’.
¿Qué aseguran los distintos sellos ‘bio’ que las firmas naturales imprimen en su packaging? En cuanto a seguridad, absolutamente nada. Cualquier cosmético comercializado ha de ser seguro por ley independientemente del grado de naturalidad o no de los cosméticos. En APoEM nunca los hemos querido, a pesar de cumplir con los requisitos, porque pensamos que, aunque hay algunos más estrictos que otros, se intenta vender el concepto de que ‘más natural es mejor’ y eso no es necesariamente cierto.
¿Qué exigen a un producto cosmético los certificados más conocidos? En el caso del certificado Ecocert solo se exige que un 95% del total de los ingredientes sean naturales o de origen natural. El 5% restante pueden ser ingredientes de síntesis.
Otro de los más utilizados, el certificado Cosmebio, exige lo mismo, pero, además, el 10% de los ingredientes del producto cosmético terminado han de ser de procedencia orgánica. Otros de los certificados más demandados como BDIH, Soil Asociation o Natrue parten también de un mínimo de 95% de ingredientes de origen natural. En cuanto a las prohibiciones, ninguno puede contener derivados del petróleo, parafinas, siliconas o perfumes sintéticos.
¿Cuál será a partir de la implantación de esta normativa el mensaje a transmitir? Simplemente las empresas cosméticas contarán con unos estándares globalmente aceptados sobre lo que se considera o no natural y eso ayudará a unificar el mensaje que recibe el consumidor, muchas veces abrumado por la cantidad de criterios, sellos y demás formas de comunicación sobre productos cosméticos naturales y orgánicos.
En el caso de APoEM, podremos decir que nuestros productos contienen más del 95% de ingredientes naturales basándonos en los parámetros de la ISO 16128. No es obligatorio, pero lo haremos porque consideramos que el uso por parte de las empresas cosméticas también ayudará a la divulgación y conocimiento por el consumidor.
¿Hay firmas ‘naturales’ que quedarían fuera de esta regulación? Sí, y habrá muchas sorpresas. Marcas que asociamos a máxima naturalidad y que no serán capaces de cumplir con la nueva normativa.
¿Hay firmas con la leyenda 100% natural, orgánico o ecológico? Pero ¿con base en qué criterio? Quizá hasta tengan tres sellos, pero luego se pueden encontrar en su composición activos o ingredientes que no son de origen natural. No decimos que esto sea malo, pero sí que es un engaño para con el consumidor.
¿Cuál es la batalla principal de APoEM al respecto? Hay que acabar con la asociación natural/seguro. Toda esta demanda surgió a través de la alimentación y se asocia con la comida la creencia de que todo lo procesado es malo. En el caso de la cosmética, estas filosofías pretenden hacer un símil y no se puede extrapolar dichas filosofías. Pero el cliente tiene derecho a saber hasta qué punto son naturales los productos que consume y es ahí donde la ISO va a poner las cosas claras.
Con información de Economía Hoy