600 millones de personas enferman cada año por consumir alimentos contaminados con bacterias
Redacción Agro Orgánico
Roma, Italia. – En el marco de la primera celebración del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos celebrada el pasado viernes 7 de junio, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), hicieron un llamado a los gobiernos ya que consideran que estos deberían intensificar los esfuerzos para garantizar que los alimentos consumidos sean inocuos.
De acuerdo a la FAO, la inocuidad en los alimentos es la ausencia, o niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de los consumidores.
A nivel global se estima que cada año cerca de 600 millones de personas -prácticamente una de cada diez- tras comer alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas; 420 mil de ellas, mueren.
Asimismo, los alimentos nocivos impiden el desarrollo de muchas economías de ingresos bajos y medios, que pierden alrededor de 95 000 millones de dólares EEUU anuales en productividad a causa de las enfermedades, la discapacidad y la muerte prematura de trabajadores.
El objetivo de esta celebración es convocar a los gobiernos, productores y consumidores para tomar acciones y ayudar a prevenir a la inocuidad de los alimentos, de esta manera se contribuye a la seguridad alimentaria, la salud humana, la prosperidad económica, la agricultura, el acceso a los mercados, el turismo y el desarrollo sostenible.
“No puede haber seguridad alimentaria sin inocuidad alimentaria”, afirmaron FAO y OMS.
Ambas organizaciones unen esfuerzos para ayudar a los países a prevenir, gestionar y responder a los riesgos a lo largo de la cadena de suministro de alimentos. De igual forma, recuerdan que el acceso de todas las personas a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, y que los alimentos inocuos son esenciales para promover la salud y erradicar el hambre.
Por último, la FAO hace énfasis en la mejora de las prácticas de higiene en los sectores alimentario y agrícola ayuda a reducir la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos a lo largo de la cadena alimentaria y en el medio ambiente.
Con información de: fao