El agricultor de Tamaulipas Ramón Reyna vende productos orgánicos porque sus clientes así los quieren, libres de pesticidas, por eso tiene éxito
Ciudad Victoria, Tamps. (México). – Los alimentos orgánicos, libres de pesticidas y otros agentes tóxicos, están de moda. Eso lo sabe el agricultor Ramón Reyna, que vende sus verduras en el tianguis de la avenida “Carlos Adrián Áviles”, mejor conocida como La Paz.
Ramón es originario del ejido El Chamizal, municipio de Güemez. Desde allá trae a vender las verduras a bordo de una carretilla que con su colorido causa el asombro de las amas de casa que sucumben ante la tentación de lo fresco y lo saludable.
“Yo vengo todos los domingos a vender, el resto de la semana me dedico a cuidar la siembra que riego cada tres días con agua de noria”, comenta.
“Todo es orgánico, libre de pesticidas, yo mismo siembro las verduras y las hortalizas”, agrega.
Ramón es soltero, pero está a cargo de sus tíos, que son de la tercera edad. Dice que no se necesita una superficie muy grande para sembrar verduras.
“Es un terreno muy pequeño propiedad de mis tíos. A un sobrino se le ocurrió el proyecto y yo le ayudo a sembrar, a regar y a vender acá los domingos”, relata.
El pensamiento de Ramón es de un hombre sabio y bien agradecido con las personas que le dieron albergue, después que sus padres fallecieron.
“Yo vivía en Matamoros, pero mis papás murieron y vine a El Chamizal a vivir con mis tíos”, comenta.
“De ellos aprendí a querer la tierra y a sembrar, aprendí que se puede vivir sencillamente de esta actividad a la que casi nadie quiere dedicarse ya, muchas parcelas se han vendido”.
La idea de Ramón es vender las verduras que él mismo produce y guardar las ganancias para el día que sus tíos enfermen y deba cuidarlos.
“Además de mis tíos tengo un nieto adoptivo, él me dice: ‘abuelo, qué me trajiste’. Así que también en él pienso para ahorrar lo que gano con las ventas”.
Todas las verduras son de 10 pesos la pieza o el manojo o ramo. De la carretilla asoman zanahorias, cilantro, repollos, cebollas, ajos, rábanos, nopalitos, entre otras especies. Todo recién cortado.
“Tenemos sembrado sandía y melón, todo se da en la tierra, si uno se esmera en el cuidado”, dice Ramón con cierto orgullo. Personas como Ramón, que no pierden la sencillez y emprenden desde el más humilde de los oficios, merecen el respeto de la comunidad.
Con información de El Cinco
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