Europa ha iniciado una cruzada que ha dejado, en muchas ocasiones, a los agricultores con pocas soluciones o alternativas
Madrid. – El campo vive una etapa de incertidumbre debido a una cada vez mayor apuesta medioambiental. Europa ha iniciado una cruzada contra las sustancias fitosanitarias que ha dejado en muchas ocasiones a los agricultores con pocas soluciones o alternativas. La reducción de productos, la mayor resistencia de las malas hierbas y plagas a las materias activas habituales y una creciente demanda por los alimentos ecológicos han hecho despegar a la lucha biológica y microbiológica.
Presente en el mundo de manera empresarial desde 1967 gracias a la puesta en marcha de Koppert Biological Systems, esta alternativa al uso de los químicos tradicionales vive un momento dulce. Desarrollada ampliamente en el mundo de los invernaderos principalmente, cada vez más está presente en los cultivos al aire libre y extensivos.
«El principal enemigo de los insectos siempre han sido los propios insectos, no los químicos», explica Javier Villegas, director comercial para la zona centro de Koppert España. Según este ingeniero agrónomo, la cantidad de soluciones químicas que hay ahora, cada vez va ser menor, más específicas y menos generalistas. «Al ser menos las soluciones para combatir las plagas es donde está adquiriendo más protagonismo la lucha biológica que ha tenido y tiene la naturaleza. Nosotros simplemente utilizamos los enemigos naturales que tienen esas plagas para combatirlas».
Lucha biológica
La lucha biológica extensiva se puede utilizar de dos formas. Primero con la suelta de insectos en los focos donde está esta plaga o mediante una acción preventiva y conservativa. «Introduciendo en los bordes perimetrales y linderos insectos beneficiosos que devoran a las plagas que atacan a los cultivos, podemos ir realizando un trabajo preventivo», explica Villegas.
La lucha biológica está ofreciendo soluciones en muchos cultivos donde las soluciones químicas no terminaba de dar una respuesta. En cítricos hay una gran experiencia gracias a insectos y ácaros que funcionan como enemigos naturales en estos cultivos.
En la cebolla, ha ofrecido una respuesta para combatir trips, una de sus principales amenazas. Otros ejemplos de éxito son el ajo y cómo se está combatiendo el taladro en países como Italia, todo es un problema para este cultivo, con un parásito que combate esta plaga. En frutales también ha tenido un gran desarrollo especialmente en almendro, a la vez que ha crecido el auge y demanda en este cultivo. También está creciendo en lechugas, zanahorias y espinacas, donde cada vez hay más soluciones para sus distintas plagas.
El agricultor necesita que el cuajado de su futuro producto se realice en tiempo y forma, ya que es un periodo breve. La contaminación, el uso de pesticidas y el monocultivo han diezmado la población de abejas y la solución ha sido la apuesta por los abejorros.
Con información de El Economista