Sin embargo, el precio de la producción cayó 30 por ciento durante el último año, debido principalmente a competencia desleal y altos costos de producción
Alina Archundia Ramírez*
Referirse a los superfoods es hablar de héroes de la nutrición porque son alimentos cien por ciento naturales y con un alto contenido de nutrientes. Su presencia a nivel mundial aumenta a una tasa superior a 40 por ciento, de acuerdo con un estudio de la empresa de análisis de mercados Mintel.
A nivel mundial, los tres países con mayor consumo de estos alimentos son Estados Unidos, Australia y Alemania; naciones a las que el frijol orgánico originario de México –considerado en la lista de superfoods– les resulta un producto novedoso e importante en su alimentación por ser fuente de proteínas, minerales, fibra, carbohidratos y vitaminas como la tiamina, niacina y ácido fólico.
La agricultura orgánica es uno de los sectores comerciales en pleno desarrollo en México, al colocar al país en el top 20 de los principales países productores a nivel mundial.
Además, estos productos registran en nuestro país una tasa de crecimiento anual de 30 por ciento desde hace 15 años, de acuerdo con la Sociedad Mexicana de Producción Orgánica (Somexpro) que dirige Homero Blas Bustamante.
Pese a lo anterior, en nuestro país la producción de frijol orgánico, lejos de aumentar, va en decremento, debido, según los productores, a tres factores fundamentales: los altos costos de producción, la competencia desleal y el clima.
Al respecto, el director del Área Técnica Agrícola de Grupo Desamex, Daniel Díaz Díaz expuso en entrevista para Agro Orgánicoque la producción de frijol orgánico en México no representa ni el uno por ciento del convencional.
De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), para el año comercial 2016-2017, se estimó una oferta de un millón 472 mil toneladas de frijol convencional.
Ello implica que la producción de frijol orgánico fue para ese año comercial de únicamente alrededor de mil toneladas.
Lo anterior revela que lejos de aumentar, la producción orgánica de esta leguminosa retrocedió, toda vez que entre los años 2015 y 2016, fue cercana a mil 500 toneladas, de un millón 76 mil toneladas del convencional, según datos de la Sagarpa.
Así, entre el año comercial 2015-2016 y el 2016-2017 la producción de frijol orgánico cayó alrededor de 30 por ciento, al pasar de mil 500 toneladas, a únicamente mil.
China vende hasta 50 por ciento por debajo del precio
“El año pasado hubo decremento en la demanda de frijol y se produjeron sólo mil toneladas a nivel nacional de frijol orgánico, contra 1.2 y 1.3 millones de toneladas de frijol convencional”, explicó Daniel Díaz
Abundó que en la cosecha de 2014, que se comercializó a principios de 2015, el precio del frijol orgánico en campo estaba aproximadamente en 12 o 12.50 pesos por kilogramo.
“Con ese precio podemos salir a competir a nivel internacional, además en ese año hubo una gran demanda, pero al siguiente año se conjuntó la menor demanda y la sequía lo que afectó la producción y el precio se disparó. Llegó en campo entre 18 y 21 pesos.
Pero con esos precios ya no eres competitivo a nivel internacional. Entonces de 2014 que vendimos entre 500 a 600 toneladas de frijol orgánico, al siguiente año sólo vendimos 80 toneladas”, explicó.
Daniel Díaz estimó que para 2018, derivado de la demanda de los clientes, Grupo Desamex colocará hasta 500 toneladas, “pero definitivamente no regresaríamos a las mil que colocamos en 2014”.
Al respecto, y con base en el análisis, “Panorama Agroalimentario Frijol 2016” que realizaron Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira) y el Banco de México (Banxico), las variaciones en el precio del frijol en México se relacionan principalmente con la disponibilidad del grano cosechado.
Así, los precios de las principales variedades de esta leguminosa mantienen tendencia al alza desde finales de 2015, como resultado de la disminución en la producción nacional en el año agrícola 2015.
En México, el frijol ocupa la cuarta posición en importancia por la superficie cultivada, después del maíz, pastos y sorgo.
Durante el año agrícola 2015, como ya se mencionó, se cosecharon un millón 560 millones de hectáreas, de las cuales el 90.0 por ciento se cultivaron en condiciones de temporal. Debido a lo anterior, la cantidad y distribución de la precipitación es uno de los principales factores que afectan la productividad del cultivo.
En 2014, la producción nacional de frijol se redujo a una tasa anual de 4.2 por ciento, mientras que en 2015 disminuyó 23.9 por ciento con respecto al año previo, para ubicarse en 969.1 miles de toneladas.
La errática distribución de las lluvias en las más importantes regiones productoras, principalmente durante el ciclo primavera-verano, se reflejaron en una disminución de 18.2 por ciento en los rendimientos promedio a nivel nacional, que se ubicaron en 620 kilogramos por hectárea durante 2015.
En este contexto, Díaz Díaz detalló que los consumidores de frijol orgánico, como el caso de Estados Unidos y países de la Unión Europea, lo obtuvieron más barato, aunque con menor calidad, procedente de Argentina, India y China; “ese último país es el dolor de cabeza para nosotros como productores”.
Explicó que China abarata ampliamente sus costos de producción y cuando ingresa a los mercados internacionales lo hace con una diferencia de hasta 50 por ciento menos, en comparación con el frijol orgánico producido en México, “lo que ni siquiera representa la utilidad del negocio”.
Indicó que evidentemente, la calidad del frijol orgánico originario de China es menor al de México, “pero cuando China lo ofrece a 320 dólares y nosotros a 720, el cliente prefiere bajar sus costos y sacrifica la calidad que se refleja en el sabor, color, tamaño y textura”.
Por tanto, el experto en la materia aseguró que la calidad y el precio en el tema del frijol “no van de la mano, porque hay momentos que el mercado nacional está a precios competitivos, donde la calidad del frijol mexicano se impone”, a pesar de sus grandes competidores como India, Brasil y Estados Unidos.
De hecho, el estudio conjunto de Banxico y Fira indica que durante 2014 la producción mundial de frijol se concentró en siete países con el 63.0 por ciento: India (16.4 por ciento), Myanmar (14.9 por ciento), Brasil (13.1 por ciento), Estados Unidos (5.3 por ciento), México (5.1 por ciento), China (4.1 por ciento) y Tanzania (4.1 por ciento).
Entre los principales países productores, destaca el dinamismo que la producción de frijol tuvo entre 2003 y 2014 en Myanmar y Tanzania, donde creció a tasas promedio anuales de 6.8 y 10.8 por ciento, respectivamente.
Por el contrario, en India, México y China, el volumen de producción se redujo a una tasa promedio anual de 0.3, 0.9 y 6.1 por ciento durante el mismo período, respectivamente.
En 2014, el rendimiento promedio mundial de frijol se ubicó en 0.83 toneladas por hectárea. Estados Unidos, China, Myanmar, Tanzania y Brasil reportan niveles de productividad superior al promedio mundial, mientras que los de México y la India son inferiores.
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