La región de América Latina y el Caribe necesitaría invertir USD 33 mil millones para incrementar la cobertura de su tratamiento de aguas residuales hasta el 64 % para 2030
Roma. – En América Latina y el Caribe, las descargas de aguas residuales urbanas están aumentando debido al crecimiento de la población y la expansión de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, según un nuevo informe de Naciones Unidas.
El Informe Mundial sobre Desarrollo del Agua 2017, señala que la mayor cantidad de aguas residuales urbanas se debe a la expansión de la población urbana a casi 496 millones, y al hecho de que hoy el 88% de la población urbana tiene acceso a instalaciones sanitarias mejoradas.
Sin embargo, menos del 60 por ciento de estas instalaciones están conectadas a sistemas de alcantarillado, y el informe advierte que en la mayor parte de la región el incremento de la población con acceso a instalaciones sanitarias no ha sido acompañado de una expansión paralela del tratamiento de aguas residuales, especialmente en las zonas urbanas.
La expansión del tratamiento de aguas residuales urbanas requiere inversiones significativas: según el informe, América Latina y el Caribe tendría que invertir más de $33 mil millones de dólares para aumentar la cobertura de tratamiento de aguas residuales a 64 por ciento para el año 2030.
Además, se necesitan aproximadamente US $ 34 mil millones para la expansión de los sistemas de drenaje de aguas pluviales, lo que reduciría la contaminación resultante de la escorrentía urbana incontrolada.
Este es un aspecto importante, ya que gran parte de la región se encuentra en las zonas caracterizadas por fuertes lluvias, y la mayoría de las ciudades carecen de infraestructura de drenaje de aguas pluviales adecuadas, por lo que las inundaciones urbanas son un fenómeno común y costoso que afecta a gran parte de la población.
Uso de aguas contaminadas en la agricultura
La agricultura es el sector que más utiliza agua en la región: más del 70 por ciento de las extracciones, mientras que el suministro de hogares utiliza el 17 por ciento y la industria el 13 por ciento.
Un problema crítico y generalizado en la región es el uso de agua contaminada para el riego cerca de las grandes ciudades (es decir, en la agricultura periurbana), particularmente en las zonas áridas y semiáridas.
Estas aguas suelen contener niveles inaceptables de contaminación, pero también pueden ser aguas residuales sin tratamiento o, en algunos casos, aguas residuales tratadas.
Esto es practicado en su mayor parte por pequeños agricultores, que cultivan frutas y verduras para los mercados locales.
La principal motivación para el riego de aguas residuales es la intensa competencia por el agua en las cuencas hidrográficas donde se ubican las grandes ciudades.
El hecho de que las aguas residuales urbanas constituyan una fuente de agua confiable, de bajo costo y rica en nutrientes ha impulsado esta práctica, pero como en muchos países los sistemas de monitoreo y control del agua son débiles o inexistentes, representa un peligro para la salud pública y la sanidad e inocuidad alimentaria.
Sin embargo, el informe destaca casos exitosos de reutilización de aguas residuales urbanas tratadas para riego en Argentina, Bolivia, Chile, México y Perú.
A medida que las exportaciones regionales de productos agrícolas se han incrementado, también ha aumentado la contaminación causada por filtración y escurrimiento de aguas residuales agrícolas que contienen fertilizantes, pesticidas y otros agroquímicos en países como República Dominicana, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela.
Esta contaminación es especialmente preocupante en el caso de las aguas subterráneas, una importante fuente de suministro tanto para los servicios de agua domésticos como para el riego.
Con información de Agencias