Los especialistas de la CoMABio destacaron el potencial del uso de microorganismos en la agricultura para la nutrición, control de plagas, enfermedades y la regeneración de suelos
Redacción Agro Orgánico
Ciudad de México. – Con el objetivo de transformar el sistema de producción agrícola actual de México, expertos en agrobiotecnología trabajan en una propuesta de política pública para el próximo gobierno federal, que contrarreste los altos costos ambientales y económicos de sector.
En este contexto, especialistas del Consejo Mexicano de Agrobiotecnología (CoMABio) se reunieron el 2 de agosto pasado para participar en un taller de discusión y análisis sobre el potencial del uso de microorganismos en la agricultura para la nutrición, control de plagas, enfermedades y la regeneración de suelos.
Al respecto, el responsable de la Comisión de Planeación Estratégica de la CoMABio, Marcel Morales Ibarra, explicó que el objetivo de los talleres es elaborar una propuesta de política pública en materia de agrobiotecnología para lograr, en un plazo razonable, transformar el actual sistema de producción agrícola, que se ha caracterizado por ser altamente costoso en términos económicos y ambientales.
Los insumos del sistema agrícola convencional –agregó Morales Ibarra– son ineficientes, ya que los niveles de efectividad de los fertilizantes, los insecticidas o funguicidas son cada vez menores; en el caso de los fertilizantes, de cada 100 kilos que se aplican, las plantas solo utilizan 20 kilos y son altamente contaminantes, tanto del suelo, mantos acuíferos y atmósfera.
De acuerdo con la CoMABio, la propuesta será presentada a las diversas instancias involucradas en el nuevo gobierno federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador.
Durante el taller, en el que participaron el doctor Enrique Galindo, investigador titular del Instituto de Biotecnología de la UNAM y el doctor Mauricio Trujillo Roldan, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la misma institución, los especialistas resaltaron la importancia de los bioinsumos en la agricultura para incrementar los niveles de productividad y frenar los niveles de contaminación y toxicidad que representa el actual modelo de producción, que se traduce en un importante impacto en el cambio climático.
En este sentido Enrique Galindo destacó el desarrollo, iniciado en la UNAM, que dio origen al primer biofungicida 100 por ciento mexicano que existe en el mercado, “Fungifree”, que en fruta como el mango logró incrementar 30 por ciento la calidad del fruto para exportación en relación con el que se obtiene usando productos sintéticos; además, este insumo genera un 80 por ciento más resistencia a enfermedades como la antracnosis que mancha el fruto.
Por su parte, Mauricio Trujillo destacó que los biofertilizantes como Azospirillum brasilense, Rhizobium etli y micorrizas son una alternativa sostenible para la agricultura mexicana, dado que ayudan al control de hongos y enfermedades que afectan a los cultivos y reducen el uso de agua.
Destacó que de acuerdo con un reciente trabajo de investigación la combinación de biofungicidas y biofertilizantes en producción de jitomate en invernadero, permitió alcanzar rendimientos de hasta 450 toneladas por hectáreas, reducir el uso de fertilizantes en 50 por ciento y de agua en 40 por ciento.
Ambos investigadores resaltaron que el uso de estos insumos agrobiotecnológicos –con todas sus ventajas productivas, de resistencia a plagas y enfermedades, sanitarias, ambientales y en calidad de frutos– se puede traducir en un ingreso para el agricultor mexicano y hacer rentable su actividad.
Marcel Morales concluyó que “la articulación de investigación científica con la producción genera todo un círculo virtuoso”, por lo que este tipo de alternativas tecnológicas deben ser parte de la agenda, del plan estratégico y de las políticas públicas del nuevo gobierno, que entrará en funciones el 1 de diciembre próximo.
En la reunión participaron representantes de las empresas agrobiotecnológicas que son socias de CoMABio: Biofábrica Siglo XXI, Gruindag, NSIP, Lidag, Agribest, Alibio, Altus y Berni Lab. También se contó con la participación de Javier Delgado, CEO de Seminis Capital Fund Managers y de Enrique Mérigo, director ejecutivo del Consejo Mexicano de Agrobiotecnología, en su calidad de asociados.