Eráclio Rodríguez Gómez es presidente de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria en la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados. “Yako”, diputado de Morena, es originario de Chihuahua y tiene una larga trayectoria en la defensa de movimientos campesinos
Ana Isabel Rodríguez*
Agro Orgánico: ¿Cuáles son las prioridades de la comisión a su cargo en las que trabajará durante el actual periodo legislativo?
Eráclio Rodríguez: Lo primordial es tener una ley agrícola nacional que nos permita darle rumbo al sector en México, porque somos uno de los pocos países en el mundo que no cuenta con una legislación clara en la materia. También, debemos trabajar desde una nueva perspectiva orientada a la reconversión productiva y de alguna manera, “aprovechar” el cambio climático para darle un uso más eficiente a los recursos naturales.
Otro reto es contribuir a una mejor organización entre productores para consolidar agrupaciones con transparencia, democracia y participación que permitan mejorar las relaciones entre todos los integrantes del campo.
AO: ¿Cómo pueden integrarse en esta nueva legislación los diferentes niveles productivos del campo en el país, las organizaciones de productores y los políticos?
ER: En principio, desde el legislativo tenemos la obligación de “despolitizar” la agricultura. La política y el campo no pueden coexistir, son tiempos diferentes. Producir alimentos es algo muy delicado, que sucede cada día y no puede depender de “tiempos políticos” porque afectarías a todo un ciclo agrícola.
Respecto a la convivencia entre los productores más desarrollados y los que no lo son, me parece que necesitamos un pacto nacional mediante el cual quienes son más fuertes ayuden a crecer a los pequeños. Y ya tenemos una buena experiencia en ese sentido; a finales de 2018 nos reunimos con productores de aguacate, desde los que producen en menos de una hectárea hasta los grandes exportadores. Con estos últimos hicimos el compromiso de que nos ayudarían a “sacar” del atraso a los que tenían menos infraestructura y recursos. Pero ellos fueron más allá: ahora también los están ayudando a que puedan exportar y financian algunos de sus proyectos.
Esta misma experiencia se puede replicar con otros sectores, en el ganadero, por ejemplo. Sí hay forma, pero tenemos que llegar a un pacto respetuoso en el que también haya participación del estado y mucha coordinación entre los productores.
AO: ¿De qué forma pueden lograrse estas iniciativas cuando este año el campo tiene un menor presupuesto y un subejercicio de los recursos en lo que va del gobierno federal?
ER: Hay que trabajar con el gobierno federal para juntos priorizar necesidades y operar los recursos y los programas con mayor oportunidad y eficacia. En este sector convergen 11 secretarías, pero hoy una gran desorganización. La comisión intersecretarial integra estas 11 secretarías que jamás se han reunido; la ley es letra muerta, no funciona. Entonces desde ahí hay que empezar para ponernos de acuerdo y sacar al sector del atraso.
Esto traería beneficios para todos. ¿Qué pasaría si la Secretaría de Salud acordara la compra de todos sus alimentos directamente a los productores? Sería un gran alivio para ellos, pero hasta ahora no ha sido posible porque se dio prioridad a los intermediarios y a la codicia. Por eso los legisladores y el gobierno deben buscar la manera de acercar a los productores con el consumidor final, sea el gobierno o particulares.
AO: ¿Y dónde queda el apoyo a los productores más desarrollados, que también atraen grandes inversiones y divisas a nuestro país?
ER: En el mercado internacional hay dos cosas que no debemos descuidar: las relaciones comerciales y la sanidad. Esto implica el apoyo gubernamental para que las cosas fluyan con mayor facilidad para nuestros productores.
Tampoco podemos estar supeditados al mercado estadounidense, por eso nos urge conformar una comisión u oficina de “inteligencia comercial” que nos permita abrir nuevos mercados. Por ejemplo, ahora mismo no podemos llegar fácilmente al mercado asiático porque no tenemos una logística óptima; debemos buscar la forma de que esa logística exista para quienes hacen que las cosas sucedan y colocan los alimentos mexicanos en el mercado internacional, que son los productores.
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