Estas representan para las ciudades una alternativa a la agricultura y permiten obtener alimentos orgánicos
Las granjas urbanas representan para las ciudades una alternativa a la agricultura y permiten obtener alimentos orgánicos. Por eso, cada vez son más los países que apuestan por esta tendencia superecológica.
Ciudad y granja parecen ser palabras que nunca podrían juntarse. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, las huertas urbanas han ido ganando terreno en diversos puntos del planeta por sus enormes beneficios.
Más que una solución
La sustentabilidad es uno de los objetivos que muchas de las ciudades desean alcanzar y está impulsada desde diversas políticas verdes. Una de ellas tiene que ver con destinar espacios a la agricultura en el área urbana.
Estas granjas tienen la particularidad de brindar múltiples beneficios:
• Es una respuesta a la escasez de alimentos.
• Generan productos orgánicos y frescos, libres de químicos.
• Evitan los costosos traslados desde las zonas rurales hasta la ciudad.
• Se basan en la eficiencia energética.
• Algunos proyectos destacados.
Agrihood: El agrihood que alimenta a dos mil familias gratis (Estados Unidos). Este modelo de crecimiento alternativo barrial gira en torno a la agricultura, y la primera ciudad norteamericana en desarrollarlo es Detroit.
Esta huerta produce alimentos orgánicos aprovechando los espacios industriales que dejó la crisis económica, y los ofrece, de manera gratuita, a unos dos mil hogares. Esta granja se hizo realidad gracias al trabajo de The Michigan Urban Farming Initiative, una organización que intenta generar respuestas para problemáticas como la nutrición, el analfabetismo o la inseguridad alimentaria.
Granja de Alto Impacto (Dinamarca): Tiene 163 metros cuadrados, dos pisos y su forma de cubo permite aprovechar la totalidad del espacio para el cultivo. Diseñado por el estudio Hábitat Humano, esta estructura desmontable prevé la producción de tres a seis toneladas de alimento por año. Esta huerta tiene el plus de ser autosuficiente en cuanto al consumo de agua, calor y la generación de electricidad, ya que incorpora paneles solares en el tejado.
The Globe. Se trata de un invernadero de bambú (biodegradable) creado para la producción de vegetales y peces. Para lograr esto, la granja funciona con un sistema acuapónico, es decir, que el agua del pez nutre las plantas y las plantas limpian el agua para los peces.
La producción alcanza para abastecer a cuatro familias, de cuatro personas cada una, durante un año –se cultivan 400 kilos de hortalizas y se obtienen 100 kilos de pescado anual–. El sistema se autoabastece de energía eléctrica gracias a los paneles solares, mientras que el consumo de agua se reduce en un 80 por ciento por el reciclaje interno. El diseño es del arquitecto Antonio Scarponi.
Con información de Ecoinventos