Tan sólo Oaxaca redujo su nivel de infestación a casi 77%
Redacción Agro Orgánico
Ciudad de México. – Con el fin de combatir la plaga de mosca prieta (Aleurocanthus woglumi) presente en los estados de Oaxaca, Chiapas y Morelos, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), implementó una estrategia de control biológico basada en el uso de avispas parasitoides (Encarsia perplexa y Amitus hesperidium) y del hongo entomopatógeno Aschersonia aleyrodis.
El resultado de la estrategia fue una significativa reducción de la presencia de la plaga y permitió la reactivación económica de los productores de limón mexicano, informó el Senasica en un comunicado.
Con esta iniciativa fitosanitaria, el estado de Oaxaca redujo el nivel de infestación de la mosca prieta casi 77%, en un periodo de tres años; en Chiapas, en dos años, la presencia de la plaga bajó 45% y, en Morelos, descendió 92%, tras cuatro años de trabajo.
Senasica destacó que tanto las avispas parasitoides y el hongo entomopatógeno, provienen de huertas donadoras y son introducidos en unidades de producción comerciales y traspatios con presencia de la plaga, a fin de reducir la población de moscas.
El organismo añadió que en 2013 se presentó uno de los brotes más significativos en la historia de la mosca prieta en Oaxaca y el Estado de México, la cual afectó a por lo menos mil 500 hectáreas y provocó cuantiosas pérdidas en la producción de limón mexicano.
“La aplicación indiscriminada de insecticidas ocasionó la ruptura del equilibrio ecológico, convirtiéndose así en la causa común del establecimiento de la plaga en estos casos”, agregó.
Los técnicos del Senasica han corroborado la efectividad de dichas técnicas de control biológico, ya que son sustentables y amigables con el medio ambiente y la salud humana.
Es importante resaltar que el control biológico se realiza también en huertas comerciales y traspatios de Baja California Sur, Quintana Roo y Yucatán, en donde se libera el parasitoide Tamarixia radiata y se aplican hongos entomopatógenos.
Cabe recordar que el primer éxito del control biológico en México se remonta a 1949, cuando se emplearon avispas parasitoides originarias de Asia.