Niñas del colegio La Paz, hicieron bioplástico a base de cáscara de mango y ganaron el cuarto lugar a nivel mundial en Houston, Texas

México. – Un popote de plástico tarda hasta 150 años en degradarse, elemento que utilizamos alrededor de 30 minutos y tiene un alto impacto ambiental negativo. Este dato preocupó a Sofía y Mariana, por lo que decidieron utilizar sus conocimientos en química para hacer algo al respecto.
Así, como un proyecto escolar, a sus 15 años descubrieron la elaboración de bioplásticos, pero se encontraron con que todos estos contenían muchos químicos y seguían dejando una huella ecológica, entonces encontraron una alternativa.
Se llama Plastimango, una alternativa para reducir el uso de plástico y los residuos orgánicos, ya que aprovecha las cáscaras de mango Petacón para crear un material conocido como bioplástico, que incluso es comestible y utilizaron para fabricar popotes biodegradables.
Cabe mencionar que al año, consumimos 200 millones de toneladas de plástico en el plantea, la tercera aplicación del petróleo más usada en todo el mundo, que proviene de una fuente no renovable, es contaminante y no biodegradable.
Ante ello, los bioplásticos surgen como una alternativa, que consiste en conseguir polímeros naturales a partir de residuos agrícolas, celulosa o almidón; en este caso utilizan el mango porque la base de este plástico es almidón.
“La cáscara de mango tiene muchísimo almidón, entonces usando las cáscaras de mango que recolectamos con las señoras del mercado o en la calle, y a la vez estamos reduciendo la cantidad de volumen de residuos orgánicos”, nos cuenta Mariana.
Con información de Alerta Chiapas