Durante la última década, la superficie dedicada a la producción ecológica ha aumentado a un ritmo medio de 500.000 hectáreas al año
Bruselas. – Cada vez más consumidores de la Unión Europea adquieren productos que se elaboran con sustancias y procesos naturales. Los alimentos orgánicos están cada día más presentes en el mercado, aunque todavía representan una proporción bastante baja respecto a la producción agrícola total de la UE.
La agricultura orgánica o ecológica es un modo de producir productos vegetales que respeta los ciclos de vida naturales y minimiza el impacto del ser humano en el medio ambiente, actuando a su vez de la manera más natural posible. Se considera agricultura ecológica a aquella que se basa en un sistema sostenible que respeta el medio ambiente y el bienestar animal, pero también aquella que incluye todas las demás etapas de la cadena de suministro de alimentos (materias primas, procesamiento, almacenamiento, transporte, distribución y servicios minoristas).
Las prácticas que convierten la agricultura tradicional en ecológica son, entre otras; la rotación de los cultivos; la imposición de límites sobre el uso de plaguicidas químicos y fertilizantes sintéticos; la prohibición de utilizar organismos modificados genéticamente; la elección de especies vegetales y animales resistentes a las enfermedades y adaptadas a las condiciones locales; y la cría de ganado en libertad y al aire libre con piensos ecológicos.
Desde el último registro realizado en 2016 por la Comisión Europea, los países que más cultivos ecológicos poseen son Austria (ocupando un 21,3% del total de la superficie agrícola), Suecia (con un 18,3%) y Estonia (con un 18%). Mientras que los países que menos invierten en este tipo de cultivos son Malta (con un 0,2%), y Rumanía e Irlanda (con un 1,7%).
Gran crecimiento últimos años
La agricultura ecológica está creciendo rápidamente; cuadruplicando su demanda en los últimos diez años y aumentando a un ritmo de entre el 6 y el 9% anual. Ha pasado de generar 20.800 millones de euros al año en 2012 a 30.700 millones en 2016, y ocupa el 5,4 % de las tierras agrícolas de la UE. La diferencia entre la producción y la demanda en la Unión Europea se cubre actualmente mediante las importaciones, lo que podría en un futuro limitar los beneficios medioambientales ligados a la agricultura ecológica.
También durante la última década, la superficie dedicada a la producción ecológica ha aumentado a un ritmo medio de 500.000 hectáreas al año. En 2012 se destinaban un total de 10,04 millones de hectáreas y en 2016 ha crecido a 11,9 millones de hectáreas, aumentando una media de 18,7% anual. En la actualidad existen en toda la UE más de 186.000 explotaciones agrícolas ecológicas.
Nuevo reglamento
En marzo de 2014, la Comisión presentó una propuesta destinada a reforzar la legislación vigente sobre agricultura ecológica, siguiendo los resultados de una consulta pública sobre la cuestión. Finalmente, se propuso reforzar las normas sobre el sistema de control, el régimen comercial, las prácticas en materia de bienestar animal y las sustancias no autorizadas.
Tuvieron que pasar tres años de intensas negociaciones para que, finalmente, los Estados miembros representados en el Comité Especial de Agricultura (CEA) aprobaran el acuerdo para la revisión de las normas vigentes de la UE sobre producción ecológica y etiquetado de productos ecológicos, en noviembre de 2017.
Todos los años se convierten 500.000 hectáreas de tierras a la agricultura ecológica. No obstante, ni la oferta interior ni el marco legislativo se han ido adaptando a esta expansión del mercado. Las normas de producción no tienen suficientemente en cuenta la evolución de las expectativas y preocupaciones de los consumidores y los ciudadanos, las normas de etiquetado son complicadas y se han detectado deficiencias en el sistema de control y el régimen comercial.
La normativa es compleja y entraña una considerable carga administrativa que disuade a los pequeños agricultores de integrarse en el régimen de producción ecológica de la UE.
Las nuevas normas sobre producción ecológica y etiquetado se aprobaron el pasado mes de abril, tras un largo proceso, en el Parlamento Europeo, logrando el apoyo de 466 eurodiputados mientras que 124 se pronunciaron en contra y 50 se abstuvieron. Su propuesta de reforma, que no contentaba ni a Estados miembros ni al sector ecológico europeo, pasó por multitud de complicados procesos negociadores.
El negociador del Europarlamento, Martin Häusling, explicó en una rueda de prensa que “esta normativa ofrece claridad y certidumbre tanto a los productores como a los consumidores de la Unión Europea (UE). También contribuye a mejorar la calidad de los alimentos ecológicos, pero también responde a las necesidades de un mercado en crecimiento”.
El Reglamento objeto del acuerdo establece normas más modernas y uniformes en toda la UE con la finalidad de fomentar el desarrollo sostenible. Asimismo, las nuevas normas pretenden: garantizar la competencia leal para los agricultores y operadores; prevenir el fraude y las prácticas desleales; y mejorar la confianza del consumidor en los productos ecológicos.
Con información de Efe