La piel es la primera capa de defensa ante el mundo exterior. Y es también reflejo de juventud y salud o de la falta de esta.
Isabel Rodríguez*
Para nuestro cuerpo, la piel es la primera capa de defensa ante el mundo exterior. Y es también reflejo de juventud y salud o de la falta de esta. Nuestra piel es una barrera que protege al cuerpo de la invasión de bacterias y otros posibles riesgos ambientales para la salud humana.
La piel también cumple otras funciones. Contiene terminaciones nerviosas que nos permiten sentir cuándo un objeto está muy caliente o afilado, para poder alejarnos con rapidez. Las glándulas sudoríparas y los pequeños vasos sanguíneos en la piel ayudan a controlar la temperatura corporal. Y las células de la piel convierten la luz solar en vitamina D, que es importante para la salud de los huesos.
Como en cualquier órgano de nuestro cuerpo, en la piel también se refleja la calidad de nuestra alimentación. La falta de vitaminas y otros nutrientes, una alimentación baja en grasa y unos niveles bajos de bacterias probióticas pueden tener un impacto negativo en nuestra piel, señalan especialistas.
En el cuidado de la piel, de adentro hacia afuera, hay alimentos que son clave y que suman si son orgánicos, apunta la dermatóloga Jatziri Chávez Bernal, Directora Médica del Centro Dermatológico de Alta Especialidad (CEDAE).
En entrevista para Agro Orgánico, la especialista en oncología cutánea explica que alimentos con altos niveles de antioxidantes y nutrientes, como berries, semillas o salmón, son un boost de energía para la piel y contribuyen a mantenerla protegida de factores adversos.
Por mencionar algunos alimentos, como jitomate, berries, espinacas, vegetales verdes o el té matcha –explica la Dra. Chávez Bernal– aportan antioxidantes y nutrientes y son fuente de múltiples propiedades benéficas para la piel.
El jitomate aporta licopeno, antioxidante con propiedades anti envejecimiento, además de vitaminas A, B, C y E. Las almendras poseen vitamina E y ácidos grasos que frenan los radicales libres, al igual que las berries –arándanos, frambuesas, fresas, zarzamoras– que aportan agua y antioxidantes, fundamentales para una piel sana y radiante.
Asimismo, los vegetales verdes –como las espinacas– son fuente de vitamina A, C y E, antioxidantes, minerales y nutrientes que regeneran la piel y la protegen de la radiación solar. Por su parte, el té matcha es rico en antioxidantes, previene el envejecimiento, reduce la inflamación y según algunos estudios, reduce los niveles de colesterol y acelera el metabolismo, contribuyendo a la pérdida de peso.
De acuerdo con la Directora Médica del CEDAE, así como algunos alimentos son indispensables en la dieta diaria para contribuir a una adecuada salud cutánea, también lo son una adecuada hidratación, el uso diario de bloqueador solar y la aplicación de productos creados para atender necesidades específicas de cada paciente y tipos de piel.
En este sentido, menciona que marcas dermocosméticas con reconocimiento internacional, como Skinceuticals, han incorporado a sus formulaciones ácido cítrico, ácido diódico –derivado de vegetales– ácido ferúlico y extractos de arándano, arroz y uva, insumos que contribuyen a prevenir, proteger y corregir daños en la piel, con un respaldo científico.
*Directora Editorial de Agro Orgánico