Científicos han identificado en la berenjena niveles elevados de ácido clorogénico, un potente antioxidante
La berenjena esuna planta que pertenece a la familia de la solanáceas. Presenta un tallo rígido, de crecimiento indeterminado, hojas grandes, alternas y ligeramente lobuladas. Se trata de una planta de climas cálidos, bastante exigente en luz y temperatura, más incluso que el tomate y el pimiento.
Contiene vitamina A, B1, B2, C y E, es rica en minerales como el potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo, además de algunos otros componentes como ácido fólico, fibra y carbohidratos.
Recientemente, científicos han identificado en la berenjena niveles elevados de ácido clorogénico, un potente antioxidante producido en los tejidos de las plantas para protegerse contra infecciones.
En la piel de esta planta se han identificado flavonoides, pigmentos que le confieren el color morado, también con propiedades antioxidantes. Estos flavonoides ayudan a disminuir los niveles de colesterol.
Ingredientes:
1 berenjena
100 gr de queso parmesano vegano
1 diente de ajo
1 huevo
Unas ramitas de perejil
Pan rallado
Sal y pimienta
Aceite de oliva para freír las albóndigas.
Preparación:
Empezamos asando la berenjena en el horno, sin pelar, a 200 ºC durante 20 minutos. La dejamos enfriar y pelamos, reservando sólo la carne de la berenjena encima de un papel absorbente para que elimine todo el líquido sobrante.
Ahora en un bowl, ponemos el ajo picadito, el huevo, el queso parmesano rallado, el perejil picado, la carne de berenjena picada y una cucharada sopera de pan rallado, removemos todo bien para mezclar los ingredientes. Si ves que te quedan muy sueltas, añade pan rallado poco a poco.
Con las manos hacemos las albóndigas, bolitas de un tamaño mediano o más bien pequeño. Calentamos aceite en una sartén y freímos las albóndigas.
Déjalas que se doren un poco y ya están listas, puedes servirlas acompañadas de una salsa de tomate casera.