En el continente americano hay 9,9 millones de hectáreas de producción orgánica certificada

Buenos Aires. – La agricultura orgánica se abre creciente espacio en Argentina, el líder latinoamericano del sector y el segundo del mundo después de Australia, como parte de la reacción de un modelo que desilusionó a los productores y comienza a asustar a los consumidores.
Según la intergubernamental Comisión Interamericana de Agricultura Orgánica (CIAO), en el continente americano hay 9,9 millones de hectáreas de producción orgánica certificada, 22 por ciento de la superficie mundial destinada a estos cultivos. De ese total, 6,8 millones están América Latina y el Caribe y de ellas, tres millones en Argentina.
El argentino Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) señala que entre 2014 y 2015 la superficie orgánica cosechada creció en 10 por ciento, con cultivos de aromáticas, hortalizas, legumbres, frutales, cereales y oleaginosas.
Las legumbres y hortalizas tuvieron el mayor incremento (200 por ciento). En Argentina hay 1.074 productores orgánicos, mayoritariamente pequeñas, medianas empresas y cooperativas.
“El mercado orgánico se está empezando a mover. Somos productores hace 20 años cuando ese mercado no existía en Argentina y todo se exportaba. Ahora vendemos fuera una parte pero como 50 por ciento por ciento se queda acá”, dijo Jorge Pierrestegui.
“Optar por lo orgánico fue una política de la empresa, principalmente por una visión ecológica, de largo plazo de no tirar veneno en la chacra”, explicó este directivo de la compañía agroecológica Olivares y Viñedos San Nicolás, productora de aceitunas y aceite de oliva en unas 1.000 hectáreas en la central provincia de Córdoba.
El ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, asesor en agroecología, diferencia esa práctica de la llamada orgánica. Tampoco usa agroquímicos pero no busca “certificar” una producción que está “concentrada en cuatro o cinco empresas” y que “tiene un costo para el productor”, aclaró a IPS.
“Nosotros básicamente trabajamos para generar experiencias, para acompañar productores, para formar estudiantes, en una mirada de la agronomía con principios ecológicos”, explicó.
Cerdá, vicepresidente del Centro de Graduados de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), destacó que hay un interés creciente en la agroecología.
En 10 años aumentó de 600 a 12.500 hectáreas las áreas asesoradas. Con sus pocos colegas especializados no consiguen atender tanta demanda.
El experto lo atribuye a la decepción por el “modelo actual” basado en agroquímicos, que considera “agotado”. Para él la agroecología “no es una alternativa” sino “la agronomía de los próximos años”.
“Los productores están viendo que lo que les prometieron hace 20 años que les iba a resolver esta tecnología no se cumplió. Ni en cuanto a grandes rendimientos ni en costos. Ven que tienen un costo impresionante por la cantidad de insumos que utilizan”, sostuvo.
Mientras en los años 90, una hectárea de trigo costaba 100 dólares, en el 2015 llegó a 400 dólares. Sin embargo, el rendimiento no se cuadriplicó. Entonces, una hectárea producía 3.000 kilos, hoy “estaremos en 6.000 o 7.000 con suerte”, comparó.
Para Cerdá “es una tecnología carísima para un resultado súper ineficiente. Hemos medido campos agroecológicos que utilizan el esquema mixto de agricultura y ganadería contra campos empresariales. Podemos hasta decir que son más eficientes”.
La CIAO atribuye el crecimiento agrícola orgánico en Argentina a la demanda internacional, principalmente de Europa y Estados Unidos. Pero puntualiza que los cultivos orgánicos representan todavía solo 0,5 por ciento de la superficie total sembrada.
Con información de IPS