La transición necesaria hacia la sostenibilidad implica que los agricultores tengan acceso a información y conocimiento que les permita avanzar hacia una agricultura regenerativa capaz de prevenir graves problemas como la residualidad química en los suelos, plagas o enfermedades en los cultivos.
Por Ana Isabel Rodríguez
Con más de 65 años de experiencia dedicado al estudio de la epidemiología y el control de patógenos de plantas transmitidos por el suelo, el doctor Don Huber es enfático al asegurar que el gran desafío para los productores agrícolas es reconocer el costo que ha representado para la salud humana el deterioro provocado por el uso excesivo de agroquímicos durante las últimas cuatro décadas.
En entrevista para Agro Orgánico, el fitopatólogo señala que la transición necesaria hacia la sostenibilidad implica que los agricultores tengan acceso a información y conocimiento que les permita avanzar hacia una agricultura regenerativa capaz de prevenir graves problemas como la residualidad química en los suelos, plagas o enfermedades en los cultivos.
Asimismo, considera fundamental entender la importancia del manejo de la nutrición mineral para prevenir enfermedades en las plantas. Al respecto, el Dr. Huber ha realizado investigaciones que detallan por qué los nutrimentos minerales constituyen un factor importante del ambiente involucrado en la enfermedad, porque la nutrición de la planta determina en gran medida la resistencia o susceptibilidad, así como la virulencia y la capacidad de los patógenos para sobrevivir.
“Debemos entender la relación entre parásitos, plantas y disponibilidad de nutrientes para que nuestros cultivos crezcan, porque de la calidad de éstos dependerá también nuestra salud y bienestar.
La producción agrícola es crítica para nuestro progreso, es una estructura básica para que la sociedad pueda ser más eficiente y competitiva, entonces proveer a los suelos y a las plantas de los nutrientes que requieren contribuye a que las personas tengan acceso a alimentos saludables y un mejor desempeño”, apunta el especialista.
La agricultura convencional –agrega– se ha enfocado en la producción intensiva de los cultivos, pero no en la calidad de los nutrientes. “Cuando removemos todos los macronutrientes del suelo y no los reemplazamos, es como si estuviéramos retirando dinero de nuestra cuenta bancaria y nunca la devolvemos, entonces nuestra cuenta no crece y tampoco genera rendimientos.
Sucede lo mismo con nuestros suelos: cuando no tienen la oportunidad de abastecerse de energía, de nutrientes, no pueden incrementar los ‘rendimientos’, que son los micronutrientes. Y entonces la capacidad productiva decrece drásticamente y esto se refleja en plagas o enfermedades”.
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