El gobierno local ha tomado medidas para ayudar a los agricultores, incluida la construcción de invernaderos y la introducción de cultivos orgánicos
Lanzhou, China. – Aun durante la canícula de verano, Zhang Guosen, de 50 años de edad, trabaja arduamente en un invernadero en Jiuquan, provincia de Gansu, noroeste de China. Todo a su alrededor, desde tomates y pepinos hasta calabazas, crece en hileras.
Zhang es jefe de la división de vegetales del Buró de Agricultura y Ganadería del distrito de Suzhou y es responsable de ofrecer asesoría técnica sobre el cultivo en invernadero.
Localizada en el corredor occidental Hexi, una parte importante de la antigua Ruta de la Seda, Jiuquan es notoria por la sequía y las tierras yermas cubiertas de arena y grava.
Un ecosistema frágil y la falta de agua han limitado el desarrollo de la agricultura.
El gobierno local ha tomado medidas para ayudar a los agricultores, incluida la construcción de invernaderos y la introducción de cultivos orgánicos sin sustrato.
«Podemos aprovechar la abundancia de luz solar en el desierto para cultivar vegetales», dijo Zhang.
Los invernaderos se construyen con arena y grava. Localmente se usan desechos de origen natural y animal en lugar de tierra y fertilizantes en los cultivos sin sustrato, agregó Zhang.
En comparación con el cultivo tradicional de vegetales, el costo de los cultivos sin sustrato en el invernadero es menor porque no hay necesidad de comprar fertilizantes y pesticidas extras. Además, la calidad del cultivo está garantizada por la agricultura orgánica.
«Adoptamos la tecnología de irrigación por micronebulizadores que puede ahorrar hasta 40 por ciento del agua usada en los métodos tradicionales de agricultura», dijo Zhang.
Las instituciones de investigación y desarrollo como la Academia de Ciencias Agrícolas de China y la Universidad Agrícola de Gansu han ayudado al distrito a introducir tecnología avanzada, incluido equipo de control remoto inalámbrico, sistemas multifuncionales de recolección de datos y generadores de dióxido de carbono.
«El equipo puede ser usado para vigilar y cambiar de manera remota la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono en los invernaderos», dijo Zhang. «Los campesinos pueden observar los datos en las aplicaciones móviles».
Hasta ahora, se han establecido en el distrito alrededor de 786,7 hectáreas de invernaderos y los cultivos han sido ampliados para incluir champiñones y uvas.
Los invernaderos también han contribuido de forma indirecta a la prevención de la desertización de la tierra en la región del desierto de Gobi.
Con información de Agencia Xinhua