El programa «Alcánzame» de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México ofrece semillas de productos agrícolas que pueden ser sembrados y cosechados en medio de la sala o en la cocina
Ciudad de México. – El concreto invade la ciudad, el crecimiento de su población obliga a vivir en espacios pequeños en los que sería inimaginable tener un huerto; sin embargo, es posible con técnicas que no requieren mucho espacio.
El programa «Alcánzame» de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) ofrece diversas herramientas para conocer las semillas de productos agrícolas que pueden ser sembrados y cosechados en medio de la sala o en la cocina.
Asimismo, ofrece el programa de educación ambiental sobre ruedas, que proporciona bicicleta a los capitalinos para hacer recorridos en Paseo de la Reforma, en el marco del paseo dominical Muévete en Bici. En la glorieta del Ángel de la Independencia, este domingo se instaló la sede principal de «Alcánzame», en donde instructores dan información acerca de huertos urbanos, composta y semillas.
Ahí, la señora Estela Ponce aprendió a reconocer las semillas de jitomate, espinaca, chile, amaranto y zanahoria, ya que para ella es importante tener un acercamiento con la naturaleza en casa. «Es sorprendente que en un espacio tan pequeño puedas cosecha tus propias verduras y hierbas, quizá no es posible ser autosuficiente del todo, pero es un gran avance», señaló.
Los instructores también brindan a las personas que se acercan a la carpa, manuales para conocer las herramientas necesarias para la creación de un huerto urbano, tales como palas, bieldos y tijeras. En compañía de sus hijos, el señor Alberto Ávila conoció la importancia de la composta en el huerto: «Si sembramos en casa tienes dos beneficios, puedes obtener productos, pero sobre todo los desperdicios orgánicos pueden ser utilizados como composta», añadió.
Los huertos urbanos se desarrollaron como consecuencia de la afectación económica que provocó la Segunda Guerra Mundial, que incluso se vio reflejada en el deterioro de la calidad nutricional. Las ciudades quedaron aisladas y los precios era muy altos, por lo que la producción en huertos familiares fue fundamental para la sobrevivencia.
Ahora, los huertos son una alternativa de producción saludable y económica, además de ser una actividad de integración familiar y de desarrollo personal. Para iniciar un huerto se tiene que considerar el espacio con el que se cuenta y elegir un recipiente que puede ser de reúso como huacales, botellas de PET, botes y cubetas.
La carpa instalada en la glorieta del Ángel de la Independencia no es la más concurrida, compite con otras actividades como zumba y primeros auxilios; sin embargo, las personas que se acercan obtienen información que les permitirá, en caso de implementar el huerto, comer alimentos frescos y de temporada, promover la educación ambiental y reducir el gasto económico familiar.
«Que mejor que acercarte a tu espacio y cortar un poco de manzanilla para hacer un té u oler el delicioso toronjil, además del orgullo de que lo sembraste y tener la garantía de que no tiene ningún químico», explica María Rosa Gutiérrez, vecina de la colonia Condesa.
Con información de Notimex