Tradicionalmente desatendidos por los bancos y con frecuencia excluidos de los sistemas de crédito formal, los productores ahora encuentran nuevas vías a través de la innovación fintech, el financiamiento basado en datos y las iniciativas público-privadas colaborativas.
Ciudad de México. – A medida que la agricultura en América Latina enfrenta crecientes presiones, el acceso a financiamiento sigue siendo una de las barreras más persistentes para los pequeños productores. Tradicionalmente desatendidos por los bancos y con frecuencia excluidos de los sistemas de crédito formal, los productores ahora encuentran nuevas vías a través de la innovación fintech, el financiamiento basado en datos y las iniciativas público-privadas colaborativas.
México y Centroamérica están emergiendo como un campo de prueba para estos modelos, con fintechs, inversionistas y bancos de desarrollo trabajando en conjunto para reducir riesgos, acelerar el acceso al crédito y tender puentes hacia mercados más rentables.
De cara a la Cumbre de Innovación en Agri-Tech de México, el 28 y 29 de octubre próximos, líderes regionales están compartiendo cómo las herramientas digitales y las finanzas inclusivas están abriendo oportunidades para los agricultores que constituyen la columna vertebral del sistema agroalimentario.
Velocidad, simplicidad y datos más inteligentes
Para Hugo Garduño, CEO de Verqor, el motor más importante para la adopción es la velocidad: “Los agricultores no pueden esperar 30 o 60 días para que un banco decida. Nosotros aprobamos en menos de 72 horas, lo que nos convierte en la opción más rápida del mercado”, explica.
Igual de importante es la facilidad de uso. Verqor ha digitalizado todo el proceso crediticio: los agricultores cargan documentos, hacen seguimiento a las solicitudes y reciben respuestas desde el teléfono, utilizando WhatsApp como canal central de comunicación. Los pagos se alinean con los ciclos de cultivo en lugar de calendarios mensuales rígidos, reduciendo el estrés financiero y mejorando la confiabilidad de pago.
Mientras tanto, los algoritmos avanzados de calificación crediticia integran imágenes satelitales, geolocalización, ciclos de cultivo y contratos de compra para evaluar a los agricultores según su capacidad real, y no solo con base en su historial en burós. “Nuestro modelo abre la puerta a productores que de otra forma serían excluidos del crédito formal, haciendo que el acceso sea más seguro e inclusivo”, agrega Garduño.
Reduciendo riesgos mediante la innovación
Para Alan Elizondo, director general de FIRA, reducir el riesgo es fundamental para ampliar el acceso de los pequeños productores. “Los productos de crédito y garantía son esenciales para permitirles acceder a financiamiento, junto con mecanismos de mitigación de riesgos como el seguro agrícola, la cobertura de precios y la participación de actores de la cadena de valor a través de esquemas de agricultura por contrato”, señala.
Los incentivos de sostenibilidad también están ganando terreno. “Tasas de interés más bajas para la adopción de tecnologías eco-amigables, o bonos verdes y sociales dirigidos al financiamiento de pequeños productores, han demostrado ser exitosos en la movilización de recursos”, explica Elizondo. Estas herramientas reducen el costo del crédito y fomentan la adopción de tecnologías que aumentan la productividad.
Las herramientas digitales complementan este enfoque de reducción de riesgos. Agricultores de la región están recurriendo a imágenes satelitales, sensores de humedad de bajo costo y plataformas digitales de asesoría para aumentar la productividad y gestionar riesgos sin costos prohibitivos.
Del capital al mercado
Tanto Garduño como Elizondo coinciden: el financiamiento por sí solo no basta. Lo que realmente mejora la rentabilidad de los agricultores es el acceso a mercados.
“En Verqor conectamos directamente a los productores con exportadores y minoristas que necesitan proveedores confiables”, dice Garduño. “De esa manera, los agricultores no solo obtienen crédito, también aseguran ventas estables y mejores precios”.
Elizondo señala el papel de los programas públicos en la construcción de la infraestructura para escalar estas oportunidades. “Los mercados digitales colaborativos, las plataformas de datos abiertos y los centros logísticos apoyados por financiamiento público pueden reducir costos de transacción y mejorar la visibilidad de los pequeños agricultores”, comenta.
Construyendo la colaboración
El siguiente paso es alinear fintechs, bancos y gobiernos en un verdadero ecosistema. “La colaboración debe comenzar con instituciones públicas ampliando los programas de garantía e invirtiendo en infraestructura digital”, dice Garduño. “Fintechs como la nuestra aportan la agilidad para ejecutar, mientras que los bancos pueden aportar el capital”.
Elizondo refuerza la necesidad de una alineación sistémica. “La colaboración exitosa significa co-crear soluciones donde las fintechs impulsan la innovación, los bancos aportan escala y los programas públicos fomentan un entorno habilitador”, explica. “Juntos, estos actores pueden establecer estándares de datos abiertos, reducir riesgos y fortalecer la agricultura de pequeños productores a gran escala”.
Financiando el futuro de la seguridad alimentaria
Los pequeños agricultores producen una parte significativa del suministro de alimentos en México y Centroamérica, pero su potencial ha estado limitado por la falta de acceso a capital y mercados. Lo que está surgiendo ahora no es solo un cambio incremental, sino una transformación estructural hacia un financiamiento más rápido, inteligente e inclusivo.
Con fintechs liderando la innovación, programas públicos creando marcos de apoyo y bancos listos para escalar modelos probados, la región se está posicionando como líder en financiamiento a pequeños productores, una transformación con implicaciones que van mucho más allá de sus fronteras.
👉 Únete a innovadores agri-tech, inversionistas y responsables de políticas en la Cumbre de Innovación en Agri-Tech México, los días 28 y 29 de octubre en Ciudad de México, donde el futuro del financiamiento a pequeños productores y la seguridad alimentaria serán el centro de atención.