La micorriza es considerada como la asociación entre microorganismos y plantas superiores más ampliamente extendida o diseminada en la naturaleza. Sin embargo, las plantas pueden no presentar micorrizas si los suelos son salinos, desérticos, están inundados o presentan una degradación severa.
Por Armenia Velázquez Gurrola*
Hace un par de semanas tuve una conversación con un productor de tomate que me consultaba sobre ¿cómo podía comprobar que las micorrizas que estaba aplicando a su cultivo realmente se establecían y colonizaban las raíces de las plantas?
Le comenté acerca de la importancia de los análisis microbiológicos y de las técnicas que se utilizaban en los laboratorios agrícolas para determinar la colonización micorrícica, así como los múltiples beneficios que podía obtener. Al final de mis comentarios, me agradeció y por último, con algo de ironía me dijo, «es que me siento como el rey del cuento, a ese que le vendieron un traje invisible».
Entendiendo su frustración por no «poder ver» las micorrizas en sus cultivos; me apresuré a decirle que no se sintiera así, que las técnicas de análisis estaban mejorando considerablemente para ofrecer datos más objetivos, y que las casas comerciales y formuladores están aprendiendo cada vez más de su producto, de modo que pronto íbamos a poder ver ese traje invisible. Solo se limitó a sonreír y me envió una versión en PDF del cuento para que lo recordara.
En dicho cuento, un par de rufianes se presentan ante el rey para ofrecerle la oportunidad de confeccionarle un traje único, a la medida y sumamente especial. El rey en su deseo de destacar, les cree a estos individuos y les ofrece riqueza a cambio de el traje prometido. Los hombres no hacen absolutamente nada, porque se trataba de una estafa, de un engaño.
Y cuando el rey va a enfrentarlos y no ve nada, ellos se apuran a decirle que el traje «era invisible» y solamente algunas personas muy especiales y dotadas, podían verle. Entonces el rey dice, “¡oh, ahora lo puedo ver!”, pero realmente no era cierto, no veía nada. Sin embargo, decide seguirles el juego para no quedar como un tonto ante toda la corte y el pueblo.
Finalmente, cuando el rey decide ponerse el traje ficticio, lo instan a desfilar por el reino, y por supuesto que iba desnudo, pero todos continuaban con el juego por miedo a quedar como unos ignorantes. Hasta que un niño que asistió al evento, se atrevió a gritar “¡el rey va desnudo!” y entonces todos burlaron del rey. Debido a esto, el rey se molestó y mandó encerrar a esos ladrones, pero siempre sería recordado como el rey que fue embaucado y desfiló desnudo ante la multitud.
La moraleja de esta historia es que «no tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo dice». Y realmente es muy válida en muchos ámbitos. Este cuento nos invita a reflexionar, a cuestionar, a comprobar y verificar los hechos que nos generan duda e incertidumbre.
Comprendí a la perfección lo que este productor estaba intentando transmitirme: «Me siento frustrado porque me vienen a ofrecer hongos que se supone hacen maravillas, pero cuando yo no veo algo concreto en mi cultivo me explican que el clima, las condiciones del suelo, el modo en que lo apliqué, el tipo de formulación, la concentración a la que viene, la especie de la que se trata y una sarta de factores adicionales, pudieron afectar a este especial microorganismo y por eso no funcionó, o sea, yo me equivoqué, y por eso no puedo ver sus efectos». Es frustrante, y lo comprendo, creo que muchos lo comprendemos, así que hoy me gustaría que buscáramos juntos la manera de hacer visible este «traje invisible» y sus beneficios.
Primero, lo primero. ¿Qué son las micorrizas?
Se le llama micorriza a la relación de simbiosis que se establece entre las raíces de las plantas y los hongos micorrícicos. El término micorriza proviene del griego myces –hongo– y rhiza –raíz–; fue utilizado por primera vez por un investigador de nombre A.B. Frank que en 1885 planteó la hipótesis de que «los hongos extraían nutrientes del suelo que compartían con los árboles y éstos a su vez, le proporcionaban al hongo hábitat y fuentes de carbono para garantizar su supervivencia». Esta hipótesis tuvo gran oposición, fue muy avanzada para su tiempo y se requirieron muchas décadas para poder comprobarla.
La micorriza es considerada como la asociación entre microorganismos y plantas superiores más ampliamente extendida o diseminada en la naturaleza. Las raíces de muchas de las plantas que se desarrollan en el suelo se ha comprobado que están micorrizadas. Globalmente se estima que cerca del 80% de las plantas dicotiledóneas y monocotiledóneas presentan asociaciones micorrícicas.
Lee el artículo completo en la edición 41 de Agro Orgánico: https://agroorganico.info/wp-content/uploads/2023/11/41_Revista-Agro_Organico.pdf