La delegación Milpa Alta ocupa el primer lugar en producción de nopal verdura en la Ciudad de México con 250 mil 292 toneladas anuales
Ciudad de México.– Para la señora Anastasia Catalina Guzmán Pérez, una mujer con 17 años de experiencia en el campo agrícola de la delegación Milpa Alta, el cultivo del nopal ha sido su forma de vida.
“Ya no veo lo duro, sino lo tupido”, comenta la productora de la zona rural de esa demarcación, en el sur de la Ciudad de México, porque no sólo destina la mayor parte de su tiempo en la siembra de esta cactácea, sino ahora también en su procesamiento para la elaboración de galletas. Hasta hace unos meses sólo se dedicaba al cultivo y venta del nopal, también conocido como “el oro verde”.
Cada año siembra entre 35 y 40 toneladas, aunque la cantidad tiende a disminuir durante el invierno, porque a la nopalera “no le gusta el frío”. Desde el paraje Quinichpatlatitla, del pueblo de San Juan Tepenahua, en Milpa Alta, cuenta que desde muy temprano se prepara para hacer las labores del hogar: servir el desayuno a su esposo e hija universitaria, atender a sus animales y alistarse para empezar su trabajo en la parcela.
Ahí corta la cactácea de variedad “Milpa Alta”, nombrada así porque es más finita, verde y posee un buen sabor en comparación con la de otras regiones, que después envía para su venta al Centro de Acopio y Comercialización de la delegación, y otra pequeña porción a una empresa que la prepara en salmuera o escabeche.
Tras ganar el segundo concurso de cocina con elementos tradicionales “Sabores y raíces de la CDMX”, convocado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), Guzmán Pérez ahora debe administrar mejor su tiempo para atender los pedidos de galletas de nopal. Recuerda que ella se enteró del concurso el último día de inscripción, y sin tener conocimientos sobre repostería, se aventuró a participar en él porque sabía que en casa tenía los tres ingredientes de la región para la receta: nopal, amaranto y huevo de traspatio.
“Con esto cubría los requisitos”, menciona la señora de 62 años, quien aún mantiene la emoción de su creación, y un tanto apenada, agrega que aquella tarde “se me iluminó el cerebro y salió la galleta”. Sólo molió el nopal en fresco y lo combinó con amaranto, huevo, jugo de naranja y harina de trigo.
“Aquella tarde casi chillo porque las galletas salieron aguadas, pero después agarraron su consistencia”, dice. Su receta agradó ese día al jurado, que estuvo integrado por académicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) y de Londres.
El sabor de Milpa Alta
La delegación Milpa Alta ocupa el primer lugar en producción de nopal verdura en la Ciudad de México con 250 mil 292 toneladas anuales, que son cultivadas en dos mil 864 hectáreas. Esto representa 98 por ciento del total sembrado en la capital del país, con un valor aproximado de 463 millones 462 mil pesos, según datos de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades.
Doña Anastasia menciona que esta variedad ha sido seleccionada durante muchos años por los milpaltenses, quienes encontraron en su producción un cultivo más rentable que el maguey pulquero, maíz, frijol, haba, chícharo y avena forrajera, “y no tiene comparación con los nopales que en el cerro”.
En su parcela se usa el azadón y la hoz para deshierbar todos los surcos. “Hay que dedicar más tiempo para hacer este trabajo, si no la hierba aprovecha los nutrientes de la tierra”, señala, al explicar que los productos químicos están vetados para evitar la contaminación de la producción, el suelo y el aire.
Refiere que el consumo de esta planta es ideal para mantener una buena salud, al poseer agua, fibra, retarda el vaciado del estómago y es benéfico para las personas con diabetes porque estabiliza la concentración de azúcar en la sangre. También se ha hallado que tiene propiedades antioxidantes, proteína, calcio, sodio, carbohidratos, fósforo y potasio, en otros nutrientes.
Mujer emprendedora
Después de encontrar la fórmula exacta para la elaboración de sus galletas y ponerlas a la venta en pequeños negocios, eventos sociales, y entre familiares y amigos, la señora Anastasia buscar aumentar su producción y distribución para generar empleos en Milpa Alta.
Para ello, esta mujer emprendedora planea diseñar el diseño de marca, el empaque, el etiquetado y la tabla nutrimental para dar a conocer la aportación de los productos naturales que en sus galletas emplea.
“Tengo sueños. Ojalá que se pueda posicionar mi producto con una venta más grande, porque de esta forma le podré dar trabajo a mi familia y a otras más”, dice con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
Con información de Notimex