Agricultores que se dedican a este tipo de cultivo hablan sobre los beneficios y desafíos para obtenerlos

EU.– ¿Te imaginas que los alimentos que consumes fueran orgánicos, libres de pesticidas, de químicos y demás productos que podrían dañar el organismo? Actualmente en el mercado se ofrecen todo tipo de alimentos, entre ellos, los transgénicos (modificados genéticamente) y por otro lado los orgánicos, ambos con sus ventajas y desventajas.
Sobre los primeros, expertos han asegurado que su consumo no representa un riesgo para la salud, pero hay quienes dudan de ello y prefieren evitarlos. Los alimentos orgánicos prometen grandes beneficios en su consumo hacia la salud, el problema es que no se cuenta con las suficientes tierras de cultivo para realizar este procedimiento, por lo que resulta un producto caro al ser más alta la demanda que la oferta.
La cantidad de tierras de cultivo dedicadas a los alimentos orgánicos es reducida. En el conteo gubernamental más reciente (2011), la tierra orgánica, incluida la utilizada para pastar, fue de menos de uno por ciento de la labranza en Estados Unidos.
Sin embargo, la demanda de los consumidores está acelerando el proceso de conversión. Las ventas de productos orgánicos aumentaron 11 por ciento el año pasado, aproximadamente cuatro veces el crecimiento total de las ventas de los productos alimenticios en su conjunto, según la asociación Organic Trade.
Las ventas habrían sido mucho mayores si la oferta, en particular la de lácteos y granos orgánicos, le hubiera seguido el paso a la demanda.
La diferencia en el precio es un reflejo de los costos de producción más elevados: convertir tierras a la agricultura orgánica y hacer que una granja se mantenga orgánica no es sólo cuestión de sembrar semillas orgánicas.
Los agricultores orgánicos tienen prohibido utilizar fertilizantes y pesticidas sintéticos, y deben depender de prácticas como la rotación de cultivos, los cultivos de cobertura y las compostas para enriquecer el suelo y evitar los insectos y las malas hierbas.
La preferencia por el uso de semillas orgánicas, que son difíciles de conseguir, y la prohibición absoluta del uso de semillas y microbios genéticamente modificados, así como de lodos de aguas residuales, están estipuladas en las regulaciones federales para los cultivos orgánicos.
Con información de The New York Times