Lo que para el consumidor podría parecer una buena noticia —una papa más barata— en realidad es el reflejo de un sistema comercial profundamente desbalanceado.
Por Javier Sánchez*
En México, la papa atraviesa una de las etapas más complejas de los últimos años. Desde agosto de 2025, los precios para el productor se han desplomado drásticamente, generando pérdidas, sobreoferta y una sensación general de incertidumbre dentro del sector.
Lo que para el consumidor podría parecer una buena noticia —una papa más barata— en realidad es el reflejo de un sistema comercial profundamente desbalanceado. Hablar de esto no es sencillo: en el campo mexicano hay realidades duras, tensiones económicas y, en ocasiones, temas que la gente prefiere no tocar.
Pero desde mi posición —como comerciante en la Central de Abasto y creador de contenido a través de Tío Central— quiero platicarlo desde mi perspectiva. Los intermediarios, muchas veces señalados injustamente, somos el punto medio entre el campo y el consumidor. No fijamos los precios: nos adaptamos a ellos. Cuando hay escasez, enfrentamos presión de los compradores; cuando hay abundancia, al igual que el resto de la cadena, absorbemos pérdidas. Y ahora mismo, estamos en esa segunda etapa.
Causas de la crisis
Falta de organización
Una buena organización es determinante para tener un sistema comercial saludable. Como ejemplo tenemos a países de primer mundo, donde existe una verdadera sinergia entre el Estado, los agricultores y las universidades: trabajan en conjunto para mejorar desde la investigación agrícola hasta el desarrollo de productos y estrategias de marketing.
En México, esa articulación simplemente no existe. La idiosincrasia nacional juega en contra: no sabemos trabajar en conjunto. En lugar de colaborar con el vecino, competimos con él. “El mexicano siempre quiere chingar” o “el mexicano es chingón” —dos frases que retratan bien la mentalidad que, aunque nos da ingenio, nos impide generar progreso colectivo. La falta de coordinación se traduce en un caos productivo.
Las distintas zonas paperas —principalmente en el centro del país: Estado de México, Puebla, Veracruz— cosechan sin planificación compartida, provocando sobreoferta. Además, hay un factor estructural: la papa fue una de las industrias más protegidas de México durante más de dos décadas. Durante 23 años, el país cerró sus fronteras a la industria de papa extranjera. Esa sobreprotección, lejos de fortalecer, adormeció a la industria mexicana, que se quedó rezagada en temas como procesos logísticos en centrales de abasto, industrialización y marketing orientado al consumo.
La rueda de la fortuna del precio
Los precios del campo mexicano funcionan como una rueda de la fortuna: hoy arriba, mañana abajo. Durante los últimos cinco años, el sector papero disfrutó de un ciclo de precios altos y estables (para el agricultor). Eso motivó a muchos productores a sembrar más, expandiendo sus terrenos para producir más y más toneladas.
La lógica era simple: “Si la papa tiene buen precio, siembra más para el próximo ciclo”. Pero el mercado no perdona la sobreoferta. En 2025, esa rueda giró y nos encontramos con el lado opuesto: abundancia excesiva, precios por los suelos y toneladas de papa que no encuentran salida ni siquiera en las centrales de abasto. Sin embargo, es importante mencionar que el precio de la papa no es tan volátil como el de otros productos agrícolas.
A diferencia del limón, jitomate, cebolla o frutos rojos, cuyos precios pueden variar drásticamente de un día para otro, la papa mantiene una estabilidad relativa gracias a su capacidad de almacenaje. La alta durabilidad de la papa permite conservarla por periodos prolongados en bodegas, lo que amortigua los picos de alza o caída. Por esa razón, los cambios en su precio suelen ser graduales y sostenidos, tanto al subir como al bajar.
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* Javier Sánchez, “Tío Central”
Creador de contenido especializado en la Central de Abasto de la Ciudad de México y comerciante del sector agroalimentario. A través de Tío Central y su plataforma Radar Central, comparte información, análisis y experiencias sobre el comercio de alimentos, con el propósito de conectar al consumidor con la realidad del mercado más grande de México.
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