La buena salud de los suelos no sólo es necesaria para preservar los ecosistemas y la biodiversidad, regular el clima, sino también para producir alimentos y purificar el agua. El Atlas Mundial de la Desertificación de 2019 alertó que el 75% de los suelos ya estaba degradado, lo cual afecta a 3,200 millones de personas.
Por Astrid Rivera*
Los suelos no son sólo el sustrato para los cultivos, sino que son un recurso tan valioso que de ellos depende la productividad del campo, la variedad de microorganismos y nutrientes los convierte en la base de la cadena alimentaria; sin embargo, el uso desmedido de agroquímicos y la demanda creciente de productos agrícolas ponen en riesgo su salud. Por lo que se requiere aplicar técnicas regenerativas que protejan el capital biológico que poseen los suelos.
La buena salud de los suelos no sólo es necesaria para preservar los ecosistemas y la biodiversidad, regular el clima, sino también para producir alimentos y purificar el agua. El Atlas Mundial de la Desertificación de 2019 alertó que el 75% de los suelos ya estaba degradado, lo cual afecta a 3,200 millones de personas; asimismo, el documento advirtió que de continuar con esta tendencia este porcentaje aumentará a 90% en 2050.
En tanto que, en un estudio publicado en junio de 2025 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que 1,660 millones de hectáreas se han degradado debido a las actividades humanas y más del 60 % de esta degradación afecta a terrenos agrícolas, en especial, tierras de cultivo y pastizales.
En México se estima que alrededor del 70% de los suelos se encuentran degradados, según cálculos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). La degradación de los suelos ocurre por diversas causas, algunas de ellas son la salinización, que es la acumulación de sales debido a malas prácticas de riego; la acidificación, la cual es generada por el exceso de agroquímicos; y la contaminación, entre otros factores, que hacen que los suelos pierdan sus nutrientes y microorganismos que lo habitan, lo cual tiene un efecto en la producción de alimentos.
Armenia Velázquez, fundadora de la plataforma Vida del Suelo, comentó que la situación de los suelos en el país es preocupante porque se han ido deteriorando y perdiendo sus nutrientes, lo cual repercute en la calidad de los alimentos.
“Los suelos mexicanos presentan una alta deficiencia de zinc, lo que se refleja en los cultivos y, finalmente, en la salud de la población. Existe un vínculo entre la salud del suelo, la del cultivo y la humana, es a lo que llamamos one health (una salud)”, apuntó.
Resaltó la importancia de los suelos y la necesidad de cuidar su salud a través de técnicas de agricultura regenerativa, ya que cerca del 90% de los alimentos que consumimos provienen de los suelos, lo cual hace urgente la recuperación de su salud.
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