La empresa mexicana TMT Agro desarrolló Pro Active+, un bioestimulante elaborado a partir de algas del género Sargassum spp., que es fuente de polisacáridos naturales y aminoácidos de alta disponibilidad.
Por Ana Isabel Rodríguez*
Sinaloa, México. — El sargazo es un grupo de algas marrones que sirve de alimentación, refugio y áreas de reproducción para muchos animales marinos, como tortugas, cangrejos, camarones, peces y aves marinas. Las especies de sargazo se distribuyen extensamente por océanos tropicales y templados, en aguas poco profundas y arrecifes de coral, así como en el mar abierto.
Dos especies comunes de esta alga son Sargassum natans y Sargassum fluitans, que se encuentran en el Mar de los Sargazos —en el océano Atlántico— y el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico (GASB, por sus siglas en inglés). Sargassum natans tiene tallos largos y hojas angostas, mientras que Sargassum fluitans tiene tallos cortos y hojas anchas.
Las acumulaciones de sargazo están formadas por algunas especies que cubren áreas grandes de la superficie del océano y son llevadas a la costa por el viento y las corrientes marítimas.
Según información de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, después de que las acumulaciones de sargazo inundan las áreas costeras y mueren, se descomponen y suelen denominarse “mareas marrones” o “doradas” por su color y la decoloración del agua causada por la lixiviación de la materia orgánica disuelta.
Si bien estas algas benefician la vida marina, en cantidades excesivas pueden alterar el equilibrio ecológico de forma irreversible. Estimaciones científicas apuntan que en 2025 llegarán a las playas del Caribe mexicano más de 500 mil toneladas de sargazo.
Entre los muchos problemas que plantea el exceso de sargazo, es que crea una barrera que bloquea la luz y evita que los organismos que se encuentran debajo realicen la fotosíntesis. De acuerdo con un estudio publicado en 2021 en la revista científica Climate Change Ecology —que analizó la situación en tres bahías de Quintana Roo— debajo de las esteras de sargazo, la filtración de luz disminuye hasta un 73% y la temperatura del agua puede llegar a ser hasta 5 grados centígrados más cálida.
El aumento en el volumen de sargazo que llega a las playas mexicanas ha representado un desafío y también, un área de oportunidad para buscar soluciones sostenibles con base en la gestión de estas algas. Tal es el caso de la empresa mexicana TMT Agro, que desarrolló un bioestimulante utilizando el sargazo como materia prima.
Pro Active+ es un fertilizante orgánico elaborado a partir de algas del género Sargassum spp., que es fuente de polisacáridos naturales y aminoácidos de alta disponibilidad.
De acuerdo con el ingeniero Daniel Abraham Escobar Ruiz, representante en Sinaloa de la marca Reva y ahora de ProActive+ —ambas de TMT Agro— este bioestimulante es fácilmente asimilable por las plantas ya sea por vía foliar o radicular; además de absorberse eficazmente en condiciones de estrés hídrico y salinidad, gracias a su efecto osmoprotector a nivel celular.
Estas cualidades han sido de suma importancia para que el producto tuviera aceptación en Sinaloa, que al igual que otros estados del norte de México, ha enfrentado sequías severas en los últimos años, apunta el agrónomo especialista en protección vegetal.
Sinaloa es líder nacional en producción de granos, sobre todo de maíz, así como de hortalizas, principalmente tomate, pimientos, chiles picosos y cucurbitáceas. Con base en su vocación productiva, los productores de la entidad han sido punta de lanza en el uso de insumos agrícolas biológicos y orgánicos. Por ello, productos como ProActive+ han sido bien aceptados como una herramienta que prepara a los cultivos ante el estrés hídrico.
El momento ideal para la aplicación de este –—explica el ingeniero Escobar— es cuando la planta se trasplanta en campo; una vez que sale del invernadero, se realiza una primera aplicación, donde las fitohormonas que aporta el bioestimulante de sargazo incrementan los aminoácidos y azúcares naturales de la planta.
Más adelante, se realizan aplicaciones semanales y durante diferentes momentos en el desarrollo del cultivo se analizan los niveles de ácido glutámico en los frutos; el desarrollo de la flor, la absorción de nutrientes o la promoción del amarre, para seguir identificando los beneficios de ProActive+ en cada etapa fenológica del cultivo.
“Como empresa, promovemos soluciones hechas a la medida de las necesidades de nuestros clientes. Para dar a conocer ProActive+, primero explicamos a los productores de qué está hecho el producto y cómo funciona, desde que se recolectan las algas hasta la solución final”, explica el representante de TMT Agro.
Aunque no fue fácil la aceptación del sargazo como bioinsumo en un mercado donde se utilizan variedades de algas más conocidas para uso agrícola, a casi tres años de comenzar a comercializarse, ProActive+ se ha posicionado como una alternativa para la fertilización y bioestimulación de cultivos, con una adecuada relación costo – beneficio.